21 junio, 2014
Máxima entre el mundial y el “abuso edilicio” en Grecia
Mientras la reina holandesa y su marido disfrutan el juego de su selección en Brasil, los griegos se quejan de que aprovecharon la crisis económica para construirse una mega-residencia ilegal en el Peloponeso.

Mientras la reina holandesa y su marido disfrutan el juego de su selección en Brasil, los griegos se quejan de que aprovecharon la crisis económica para construirse una mega-residencia ilegal en el Peloponeso.
Los ciudadanos de la pequeña ciudad de Kranidi, localidad en la costa del Peloponeso, Grecia, se despertaron esta semana con una desagradable sorpresa. Parte de su playa había sido encerrada entre altas paredes de cemento armado y varios operarios estaban construyendo un pequeño muelle privado entre ellas. Inmediatamente se realizaron manifestaciones de repudio al encierro del pedacito de costa que llevaron los vecinos hacia las oficinas municipales para pedir explicaciones, teniendo en cuenta que la ley griega prohíbe privatizar las costas.
Sin embargo, los vecinos descubrieron que lo que se estaba haciendo era legal. El ministro de Orden Público Dendias, el de Marina Varvitsiotis, y el vice ministro de Ambiente, Kalafatis, habían firmado un permiso especial para que la construcción no fuera catalogada, como prevé la ley, como un “abuso edilicio”.
Resulta que el muelle y la playa en cuestión están conectados a través de un pequeño sendero -privado y ultra custodiado por garitas de seguridad y muros perimetrales- con la lujosa residencia que el matrimonio real holandés han hecho construir a pocos metros de la costa. Una inversión costeada por las arcas del Estado holandés que ha generado un escándalo a nivel internacional por su altísimo costo y el quiebre explícito de varias leyes griegas.
El parlamento de Amsterdam pidió explicaciones por el uso de fondos públicos para la construcción de la quinta veraniega de Máxima y su familia, y los griegos entienden que su Estado se arrodilló ante los caprichos de la monarquía de Holanda.
Para enfrentar la crisis económica, recientemente el gobierno helénico ha impuesto una serie de leyes que reducen fuertemente la capacidad de ahorro y compra de los ciudadanos. Las deudas podrán ser retiradas sin aviso por parte de los bancos directamente desde la cuenta de los ciudadanos; se aprobó un impuesto de hasta el 10% sobre todos los salarios; ya es habitual para la mayoría de los griegos recibir los 2/3 de su salario en bienes y servicios en lugar que efectivo; se eliminó el aguinaldo y el atraso para el pago de prestaciones va de un mínimo de 3 hasta un máximo de 12 meses.
En esta situación, las concesiones que el gobierno hizo a la pareja real suenan como una burla. Especialmente porque las autorizaciones se realizaron a través de notas especiales emanadas en pocas horas, mientras los griegos deben esperar meses y a veces años para poder obtener el permiso para mejorar sus viviendas.
No es la primera vez que la familia real holandesa protagoniza este tipo de escándalos. En 2007 compraron una residencia en Mozambique con fondos públicos y la polémica que surgió al respecto los obligó a su venta en 2009.
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