17 junio, 2014
La Justicia de EE.UU. avaló a los buitres
La Corte Suprema de Estados Unidos decidió no tomar en consideración el caso que enfrentaba a Argentina con los fondos buitre, que no entraron en los canjes de duda de años anteriores, de esta manera quedó firme el fallo en primera instancia de Thomas Griesa. La respuesta de Cristina Fernández por cadena nacional, y las perspectivas que se le abren al gobierno.

La Corte Suprema de Estados Unidos decidió no tomar en consideración el caso que enfrentaba a Argentina con los fondos buitre que no entraron en los canjes de duda de años anteriores, de esta manera quedó firme el fallo en primera instancia de Thomas Griesa. La respuesta de Cristina Fernández por cadena nacional y las perspectivas que se le abren al gobierno de cara al futuro.
Contrariamente a lo esperado en el mundo de la política y las finanzas, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió no tomar en consideración el pleito judicial que Argentina y los fondos buitre sostienen por el pago de los bonos de deuda soberana, comprados en default durante la crisis de 2001-2002. La decisión del máximo tribunal norteamericano ameritó un pronunciamiento en cadena nacional por parte de la presidenta, Cristina Fernández, quien sostuvo que no va a permitir extorsiones y que “no se trata de una disputa jurídica ni legal sino (de la discusión) de un modelo de negocios, que si prospera va a producir tragedias inimaginables”.
La expectativa por la determinación que tomaría la Corte norteamericana supo mantener en vilo durante meses a economistas, operadores de bolsa y todas aquellas personas interesadas por el mundo de las finanzas, en lo que ya se había denominado el “juicio del siglo”. La mirada estaba centrada en el rol decisivo que podía jugar la decisión tomada por la Corte Suprema de Estados Unidos en futuras reestructuraciones de deuda, más que en el caso argentino particular.
Finalmente, y tras postergar la decisión del jueves pasado a este lunes, el máximo tribunal norteamericano se expidió a las 10:35, hora Argentina, eligiendo no tomar el caso y dejando firme de esta manera el fallo en primera instancia dictado por el juez neoyorquino Thomas Griesa, en octubre de 2012, que ordena pagarle al 7% de los bonistas que eligieron no entrar en los canjes de deuda abiertos durante 2005 y 2010, la totalidad de lo adeudado, en cash, una cifra que asciende a 1330 millones de dólares. De esta manera se abre la puerta a su vez a futuros reclamos de aquellos deudores que si entraron en los canjes y recibiendo una quita del monto total adeudado, ahora podrían exigir el pago de toda la deuda.
La resolución de la Corte Suprema incluyó a su vez un fallo a favor de los holdouts en una causa paralela, que es la denominada “Discovery”. En ella los fondos buitre reclamaban ante los tribunales norteamericanos la posibilidad de obtener información sobre los activos argentinos en el extranjero, para de esta manera poder embargarlos.
El rebote de la decisión judicial se expresó rápidamente en los mercados. El índice Merval cayó 10%, siendo los retrocesos más acentuados los de Edenor (20,47%) e YPF (12,55%). Los bonos corrieron una suerte paralela, fundamentalmente aquellos que se manejan bajo legislación de Nueva York.
Mientras se tejían todo tipo de especulaciones acerca de las decisiones que encararía el equipo económico del gabinete nacional, Cristina Fernández salió en cadena nacional para dejar sentada la posición del ejecutivo.
La presidenta comenzó con un repaso histórico sobre la forma en la que Argentina contrajo su deuda externa, con el “crecimiento exponencial” que ésta recibió durante la dictadura y luego en democracia, de la mano centralmente del Blindaje y el Megacanje. “Algunos llaman al Blindaje y al Megacanje como el mayor fraude financiero de la historia”, sostuvo la titular del ejecutivo. “El blindaje, y eso lo recuerdo muy bien porque yo era legisladora nacional, tiene lugar a fines de 2001 y constituía una operación ficticia, una suerte de pasamanos de 40.000 millones de dólares”, agregó la mandataria.
Luego detalló el proceso de apertura de los canjes de deuda de 2005 y 2010 y apuntó contra la Corte Suprema de Estados Unidos, por la decisión tomada. “Es notable cómo funciona la Justicia de Estados Unidos en defensa del 1% de los tenedores de deuda que no ingresaron al canje”, remarcó la Jefa de Estado.
El último tramo de la cadena lo dedicó a la perspectiva que se le abre al país tras el fallo adverso en los tribunales norteamericanos. En este sentido destacó que se van a cumplir con las obligaciones de pago, pero “Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada y tiene voluntad de negociación, lo que no tiene es voluntad de ser sometida a extorsión”.
Este señalamiento de la presidenta indica, por elevación, que se mantendrán los pagos a aquellos bonistas que entraron en los canjes anteriores, uno de cuyos vencimientos, del bono Discount, es a fin de mes por un monto de 200 millones de dólares, si el juez Griesa decide ejecutar la cláusula pari passu (de tratamiento igualitario). Para eso habría que cambiar la sede de pago, que pasaría de Nueva York a Buenos Aires, utilizando la Caja de Valores, buscando evitar de esta manera cualquier tipo de embargo y entrando en lo que se conoce como default técnico.
Por otra parte resta ver si en los tribunales de Nueva York se abre una instancia de negociación entre Argentina y los holdouts, teniendo en consideración que para enero de 2015 vence la cláusula Rights Upon Future Offers (RUFO), que ofrece a los bonistas que entraron en canjes anteriores cobrar lo mismo que aquellos que no decidieron hacerlo. La apertura de una negociación con los fondos buitre permitiría evitar el default, pangándoles a los mismos una suma diferente a los 1300 millones de dólares que estos reclaman y la Corte respaldó.
Aun resta por verse también la decisión que tomen otros holdouts que todavía no han efectuado reclamo alguno, como el fondo de Kenneth Dart, y que elevaría el total adeudado a 7000 millones de dólares. Lo que ocurra con el recurso de stay (de suspensión de la sentencia) es otra incógnita.
Como más arriba señalábamos la decisión de la Corte de Estados Unidos supone efectos a futuro en el conjunto de las finanzas mundiales, no solo porque permitiría en caso de que no se pueda buscar una salida negociada, el reclamo del conjunto de los bonistas que entraron en canjes anteriores, cuya deuda total seria de 20.000 millones de dólares, sino también porque impacta profundamente en Nueva York como plaza de pago y en cualquier futura reestructuración de deuda soberana por parte de otros países. Como señala Carlos Burgeño en Ámbito Financiero, “queda la duda sobre qué pasará ahora con el mercado de colocación de deuda voluntaria para los Estados en desarrollo en Wall Street”.
Los efectos del fallo adverso en los tribunales neoyorquinos afectan por otra parte al conjunto de la economía y complican la estrategia ensayada por el equipo económico de “regreso a los mercados”. Tras los acuerdos con el Club de Paris, Repsol y el CIADI, desde el gobierno se pretendía conseguir tasas de interés más bajas que las de años anteriores, principalmente para financieras obras de infraestructura, eso ahora queda en suspenso.
La decisión de la Corte Suprema, que permite dejar firme el fallo de Thomas Griesa, sienta precedente en un ámbito que se caracteriza por su falta absoluta de regulación. Al contrario de lo que ocurre en el ámbito empresarial donde la ley de quiebras regula este tipo de situaciones, el funcionamiento de la economía global no ofrece marcos jurídicos para los pleitos entre Estados soberanos y acreedores privados.
Leandro Navarro – @navarro_lean
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