Derechos Humanos

6 junio, 2014

Murió en Paraguay el ex capellán Vara, requerido por la justicia argentina

Este miércoles falleció en Ciudad del Este, Paraguay, el sacerdote argentino Aldo Omar Vara, mientras cumplía arresto domiciliario y esperaba la extradición a nuestro país para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad.

Este miércoles falleció en Ciudad del Este, Paraguay, el sacerdote argentino Aldo Omar Vara, mientras cumplía arresto domiciliario y esperaba la extradición a nuestro país para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad.

El ex capellán argentino Aldo Omar Vara, de 83 años, falleció de un infarto en la parroquia Virgen del Rosario, donde se encontraba cumpliendo con el arresto domiciliario dictaminado luego de ser detenido por Interpol a fines del mes de abril en Ciudad del Este. Vara se encontraba prófugo de la justicia argentina desde agosto de 2013 y tenía un pedido de captura internacional por los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por amenazas y violencia; homicidio agravado por alevosía en concurso de tres personas por lo menos y homicidio y desaparición forzada e imposición de tormentos. Estos delitos fueron cometidos mientras ejercía en Bahía Blanca como capellán del V Cuerpo de Ejército, entre 1971 y 1979.

El procesamiento del ex capellán Vara se desprendía de los resultados del primer juicio a represores de Bahía Blanca, llevado adelante entre 2010 y 2012, en el que el Tribunal Oral Federal conformado por los jueces Jorge Ferro, Martín Bava y José Triputti condenó a prisión perpetua a 17 genocidas por su actuación en el V Cuerpo del Ejército durante la última dictadura militar. El fallo ordenaba también avanzar en la investigación de complicidades civiles, particularizando en los caso del titular del periódico La Nueva Provincia (quien en estas semanas está siendo indagado) y en el del sacerdote Aldo Omar Vara.

A partir de la detención de Vara en Ciudad del Este se había comenzado a investigar el rol del actual arzobispo de Bahía Blanca Guillermo Garlatti, que habría sabido del paradero del sacerdote mientras lo requería la Justicia argentina y habría garantizado que incluso le lleguen sus cheques a la parroquia paraguaya donde continuaba oficiando. La complicidad de la Iglesia católica con sus miembros involucrados continúa hasta la actualidad, ya que ni Vara ni otros sacerdotes cuestionados fueron expulsados.

La agrupación HIJOS de Bahía Blanca emitió un comunicado en el día de la fecha en el que lamenta que Vara “haya muerto impune” porque “era el  único religioso que aún vivía de los que tuvieron participación  junto a los represores en Bahía Blanca”. En el texto también recuerdan otros casos de religiosos que fallecieron sin rendir cuentas ante la justicia por su complicidad con los genocidas: “el ex arzobispo Jorge Mayer, que llegó a bendecir  medallas de torturadores hoy condenados, su segundo Emilio  Ogñenovich, quien en 1976 justificó que los profetas de una moral  sin Dios están recogiendo las consecuencias lógicas, y Dante  Inocencio Vega, el capellán del Cuerpo V que durante la dictadura  admitió ante madres de secuestrados que sus hijos estaban en La  Escuelita y en democracia juró por la Biblia no conocerlas”.

Hijos concluye el comunicado afirmando “La mayoría de nuestros abuelos murieron si poder ver este  proceso de Justicia. No queremos que haya más genocidas muertos sin  Juicio ni Castigo, por eso reiteramos nuestro pedido a la Justicia  de que realice su trabajo con celeridad atendiendo al significado y  magnitud que tienen los juicios de lesa humanidad en el marco del  genocidio en nuestro país”.

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