Educación y Ciencia

5 junio, 2014

Noticias del Apocalipsis: Qué hacer si el sol se apaga

El proyecto Perséfone planea diseñar un arca de Noé para el día que la Tierra ya no sea habitable y así poder salvar la especie hasta encontrar un planeta que nos albergue.

El proyecto Perséfone planea diseñar un arca de Noé para el día que la Tierra ya no sea habitable y así poder salvar la especie hasta encontrar un planeta que nos albergue.

La diosa griega Perséfone tiene dos facetas. En una, es el paradigma de los procesos naturales, de los cambios de estación. En la otra, es la reina del inframundo, el mundo de los muertos, dentro de un mito de la inmortalidad que la incluye. Sea como sea, el Proyecto Perséfone tiene un nombre evocativo: el cambio, la muerte y la inmortalidad se cristalizan en él, ya que se trata de la construcción de una nave espacial, un arca que sirva como tabla de salvación para la raza humana en caso de desastre.

Suena a 2012, al Beagle espacial y hasta a los mitos bíblicos, pero es real. Eso sí: estará terminada recién en cien años. Si el Apocalipsis llega antes… hasta luego y gracias por el pescado.

El proyecto Perséfone lo están llevando a cabo un grupo de trece científicos con seis británicos a la cabeza y otros de Estados Unidos, Italia y Holanda. Por el momento, se enfocan en investigar las “tecnologías vivientes” que podrían ser de gran utilidad en el “contexto de la arquitectura de una nave espacial habitable que pueda responder y evolucionar de acuerdo a las necesidades de sus habitantes”. Esto es porque la idea es crear un espacio que pueda albergar y sostener a varias generaciones mientras la nave busca un planeta capaz de albergar vida.

La nave deberá poseer un ecosistema propio que incorpore los procesos que conocemos de nuestra vida en la Tierra: generar luz, agua, aire y alimentos. Los científicos investigan nuevas biotecnologías que permitan incorporar materias orgánicas en la estructura de la nave utilizando la energía del sol para producir biocombustibles, suelo artificial y una fuente sustentable de alimentos. En este sentido, Steve Fuller, sociólogo del equipo, se pregunta: «Necesitamos la naturaleza para sobrevivir, así que ¿cómo podemos llevárnosla con nosotros?».

En los últimos posteos del blog del equipo se debate sobre cómo debería ser la plomería de una nave espacial para poder trasladar gas (que se utilizaría para proveer calor y energía dentro de la nave) y cómo llenarla de combustible. Una de las conclusiones a la que llegaron es que todavía no disponemos de la tecnología para construir una nave como la que ellos imaginan. De hecho, Jeff Lead, líder del proyecto Ícaro -proyecto hermanado con este, en el que buscan desarrollar el viaje interestelar- recientemente contestó la pregunta obvia: ¿por qué molestarnos en pensar sobre tecnologías que todavía no podemos construir?

Lead se despachó: “La respuesta tiene dos partes. En primer lugar, no sabemos si tenemos siglos para construir las naves, puede ser que sí pero puede ser que no. Si no exploramos ideas teóricas, entonces jamás desarrollaremos las tecnologías necesarias. En segundo lugar, nosotros nos enfocamos en investigar física a partir de ideas, no de diseñar específicamente los artefactos. Por ejemplo, nadie sabe como producir vastas cantidades de energía negativa, necesaria para impulsar la nave. Podría no suceder. Pero por ahora estamos haciendo los primeros pasitos de bebé que nos lleven a desarrollar los ingenios tecnológicos del futuro. No importa si nos toma 2, 20 o 200 años, lo importante es que comencemos ya”.

Sebastián De Toma

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