Cultura

5 junio, 2014

«Los viejos ya no quieren cambiar nada»

En el marco del Foro Nacional de Educación para el Cambio Social, Notas entrevistó en exclusiva a Carlos Martín, baterista de Bersuit Vergarabat, que participó como panelista de la mesa de debate titulada “Lo popular y lo masivo en el debate cultural actual”.

En el marco del Foro Nacional de Educación para el Cambio Social, Notas entrevistó en exclusiva a Carlos Martín, baterista de Bersuit Vergarabat, que participó como panelista en la mesa de debate titulada “Lo popular y lo masivo en el debate cultural actual”, junto al sociólogo Pablo Albarces, las actrices Laura Azcurra y Martina Guzmán y la periodista Miki Lusardi.

-Queríamos preguntarte primero ¿cómo fue que decidiste participar de este VI Foro de Educación para el Cambio Social? Y, además, ahora que acaba de terminar el panel en el que participaste, ¿qué te pareció?, ¿cómo te sentiste?

-Me encantó el debate. Antes, debo reconocer, tenía mis pruritos. Primero porque nunca lo hice, no lo hicimos tampoco como grupo. Entonces yo hablar del Cambio social, de la Educación… ¿De qué voy a chamuyar? Entonces era como que no tenía ganas de venir a hacerme el que sé de esto, porque no sé de esto. Simplemente participamos de nuestro grupo y tratamos de llevar adelante este proyecto musical, artístico, que está enmarcado dentro de todo esto, de la cultura en general.

Pero era como medio ambiciosa si se quiere la temática del debate. Y yo no sabía si ir o no ir. Pero como fue una amiga en común la que me conectó y me comentó de este Foro, yo le dije: Bueno, dale, me gusta, vamos para adelante. Me animé. Y bueno, total uno tiene que ser quien es, no hace falta impostar nada, no tengo que hacer de otro, con ser quien soy tiene que alcanzar.

Y el debate fue muy bueno. Los panelistas estuvieron muy bien con sus aportes. Me pareció entretenido y lindo. Y es algo que voy a tener presente de ahora en más para adelante.

Porque me parece que, entre otras cosas, los que tenemos años de profesión en el arte o en otra cosa, tenemos que enseñar, salvando las distancias respecto de quienes son los maestros y quienes los alumnos, de quién está en condiciones de enseñar y quien no… Vos algunas cosas en el campo aprendiste y tenés que transmitirlas y tenés que hacerle, si se quiere, más llano el camino a quienes tienen por delante una vocación y una carrera que ya sabemos que es larga y difícil. Y si podés aliviarle a alguien un poquito una curva del camino algo ya hiciste, si podés evitar que pase por un lugar común, por un pozo en el que caemos casi todos, bienvenido sea. Yo lo siento como una obligación moral si se quiere.

-Estuviste en el gran acto de Plaza de Mayo por el aniversario del 25 de mayo de 1810, junto a muchos otros artistas. ¿Cómo fue la experiencia?

-Altamente emocionante. Una de las emociones más fuertes que tuve en los últimos tiempos. Muy emocionante participar de un acto tan importante como el 25 de mayo. Muy emocionante también que el 25 de mayo se haya convertido en la fiesta popular más importante de la Argentina, que es lo que siempre debió ser. Y recién después del bicentenario empezamos a festejarlo. Antes era el feriado para comerte el asado. Y de eso a esta gran fiesta popular hay una distancia enorme. Si bien era un día festivo, un día para festejar, hoy tiene otro significado y me parece que nos une más a los argentinos, al pueblo en general. Une y ayuda y da una luz de esperanza para el futuro el poder celebrar, el hecho de darnos el tiempo y el espacio para celebrar, para festejar como pueblo.

Y en las inmediaciones de la Plaza de Mayo, que estaba lleno de artesanos vendiendo sus cosas, cualquiera montaba un kiosquito y vendía choripanes… todo el mundo trabajando en armonía y en paz. Y, una cosa que antes no pasaba, me refiero a hace unos cuantos años, por suerte, excepto en algunas fechas medio oscuras y algunas convocatorias medio nefastas, los comerciantes no cerraron sus puertas. No cerraron y trabajaron muchísimo. Porque hay tanta afluencia de público que hay para todos los comerciantes de la zona, incluso para las marcas más extranjeras que pueda haber, que también estaban trabajando y fuertemente.

Entonces creo que hay mucha abundancia para todos. Y mucha felicidad, que no se vio opacada ni por un solo hecho de vandalismo ni de violencia ni de nada que se le parezca. Eso es algo para resaltar.

-Bersuit Vergarabat, que ya tiene 25 años de recorrido, ha hecho canciones que fueron banda de sonido de algunos momentos fundamentales de nuestra historia política. Allá en los tiempos del neoliberalismo cantaban «Como nada puedo hacer», en torno al 2001 se coreaba en las calles «Se viene el estallido»… Si tuvieras que elegir una canción para esta última década ¿cuál sería?

-Es increíble. Te voy a decir una canción que aparentemente no tiene nada que ver con lo social porque habla solamente de lo humano, pero sí tiene que ver con lo social y tiene que ver con este momento, que es «Cuatro vientos». Que es la canción que se está difundiendo y que es cortina de una novela. Eso fue por una cuestión azarosa del destino que quiso que sea así, porque la canción no fue hecha con ningún otro objetivo que ser lo que es, una canción. Nada más, no fue hecha para la novela ni para nada. Fue su propia esencia y su propia razón de ser. Y sin embargo en este momento está muy bueno cantar a los cuatro vientos «te quiero». Y decírselo a quien uno quiere y también a nuestros compatriotas, conciudadanos, compañeros con quienes nos encontramos ya sea en un acto o caminando por los confines de la patria, que es tan vasta y tan grande. Somos seres humanos, somos compatriotas, compartimos ideales, esperanzas, vivencia y cultura. Y está lindo decirlo. En este momento me parece que es la indicada.

-La última. Este es un foro centralmente de jóvenes, organizado bajo la consigna “La juventud tiene que crear”. ¿El rock aún tiene algo para decirle a los jóvenes?

-El rock es joven por naturaleza, aunque sea gente grande la que lo hace, como en el caso nuestro. Es joven porque tiene dentro de su esencia, de su ADN esa rebeldía juvenil, esa cuestión de no quedarse con las cosas tal cual están establecidas y de querer cambiar las cosas para un mundo mejor. Los viejos ya no quieren cambiar nada, aceptan las cosas como son. En cambio los jóvenes no y es esa rebeldía la que hace que el rock siga existiendo y que tenga una razón de ser.

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas