Cultura

30 mayo, 2014

Pum para abajo

Un 30 de mayo de 1994 moría el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, en la España de su exilio, lejos del paisito que dejó en dictadura y al que nunca quiso volver. Un recuerdo de uno de los escritores más angustiantes del siglo XX.

Un 30 de mayo de 1994 moría el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, en la España de su exilio, lejos del paisito que dejó en dictadura y al que nunca quiso volver. Un recuerdo de uno de los escritores más angustiantes del siglo XX.

Juan Carlos Onetti Borges nació en Montevideo un 1° de julio de 1909. A sus 21 años, poco después de casarse con una de sus primas, viaja a Buenos Aires, se separa, vuelve a Montevideo y se casa con la hermana de su ex esposa, otra prima.

Desde 1933 venía publicando relatos en diversos periódicos, entre ellos La Prensa y La Nación de Buenos Aires. En 1939 es nombrado secretario de redacción del semanario uruguayo Marcha y publica la novela corta El pozo, considerada por muchos críticos como el inicio de la novela moderna en América latina. Sus múltiples intereses se manifiestan también en su interés por la plástica (es muy amigo del pintor uruguayo Joaquín Torres García y del pintor y crítico argentino Julio E. Payró). En esos años también publica artículos y cuentos policiales con los seudónimos de Periquito el Aguador, Grucho Marx y Pierre Regy.

En 1941, ya como corresponsal de la agencia Reuters, vuelve a Buenos Aires y publica la novela Tierra de nadie, seguida por Para esta noche (1943). En 1950, con la publicación de la novela corta La vida breve nace el universo por el que será más recordado, el del triste pueblo de Santa María, al que volverá en sus novelas más famosas, El astillero (1961) y Juntacadáveres (1964).

Luego del golpe antiperonista de la Revolución Libertadora de 1955 vuelve a Montevideo y comienza a trabajar en el diario Acción. Publica las novelas cortas Para una tumba sin nombre (1959) y La muerte y la niña (1973), así como los libros de cuentos La cara de la desgracia (1960) y El infierno tan temido y otros cuentos (1962). Después de la publicación de la recopilación de relatos Tiempo de abrazar (1974), es detenido por la dictadura uruguaya de Juan María Bordaberry y encerrado en un psiquiátrico, del que logra liberarlo una campaña internacional. Inmediatamente parte a un exilio español del que nunca regresará.

Ya instalado en Madrid publica otras tres novelas: Dejemos hablar al viento (1979), Cuando entonces (1987) y Cuando ya no importe (1993). Ésta última es considerada su testamento literario. Cuando la democracia regresa a Uruguay en 1985, el presidente electo, Julio María Sanguinetti, lo invita a la ceremonia de instalación del nuevo Gobierno pero el escritor decide permanecer en España, donde muere el 30 de mayo de 1994. Los últimos cincos años de su vida los pasa prácticamente sin salir de su cama fumando dos atados de cigarrillos diarios.

En el aniversario de su partida, rendimos homenaje a uno de los más grandes y más difíciles escritores del siglo XX en lengua castellana. La dificultad de Onetti no reside en su prosa sino en su mirada existencialista, profundamente pesimista, cargada de negatividad, que muestra las miserias y horrores más profundos de la vida de hombres y mujeres en las pequeñas ciudades del Río de la Plata. Después de cada novela de Onetti es necesario sacar la cabeza del pozo y respirar hondo, angustiados y menos inocentes, pero tal vez también habiendo aprendido algo acerca del mundo, de la especie humana y de nosotros mismos. Pero hay que administrarlo.

Salud, maestro. Gracias por el bajón.

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