29 mayo, 2014
Correos: ¿EE.UU autorizó magnicidio y golpe en Venezuela?
El miércoles 28 de mayo, dirigentes del Alto Mando de la Revolución Bolivariana presentaron comunicaciones que evidencian la decisión de llevar “hasta el final” el intento de golpe de Estado. Según denunciaron, la ofensiva incluye planes de magnicidio contra el presidente Maduro y cuenta con la autorización de Kevin Whitaker, un alto funcionario de carrera del Departamento de Estado, designado recientemente como embajador de EE.UU. en Colombia.

El miércoles 28 de mayo, dirigentes del Alto Mando de la Revolución Bolivariana presentaron comunicaciones que evidencian la decisión de llevar “hasta el final” el intento de golpe de Estado. Según denunciaron, la ofensiva incluye planes de magnicidio contra el presidente Maduro y cuenta con la autorización de Kevin Whitaker, un alto funcionario de carrera del Departamento de Estado, designado recientemente como embajador de EE.UU. en Colombia.
La información había sido parcialmente adelantada por el presidente venezolano el martes por la noche, en su programa de radio y TV “En contacto con Maduro”. Allí pidió estar “pendientes” de la rueda de prensa del mediodía del miércoles, en la que finalmente estuvo una amplia delegación del gobierno revolucionario, mostrando que no se trataría de una convocatoria más.
Jorge Rodríguez, vocero del Alto Mando de la Revolución, mostró a cámara correos que involucran a conocidas figuras de la oposición, muy relacionadas con EE.UU.
“Esta lucha es hasta el final”
Nuevamente, la gran protagonista de la trama es María Corina Machado, la dirigente derechista que en marzo perdió su condición de parlamentaria en Venezuela al ser nombrada diplomática por Panamá.
A punto de ingresar en los anales del derecho internacional como embajadora alterna de un país extranjero en la OEA, el 23 de marzo de 2014 Machado le escribía a Gustavo Tarre, profesor de Derecho Constitucional, anunciándole que la campaña para el derrocamiento del presidente continuaba.
“Esta lucha es hasta que este régimen se vaya y le cumplamos a nuestros amigos en el mundo”, decía Machado. ¿A qué amigos se refería? El misterio no iba a durar demasiado. Pocas líneas después mencionaba un nombre clave: “Kevin Whitaker me reconfirmó el apoyo e indicó los nuevos pasos”, aseguraba. “Contamos con una chequera más fuerte que la del régimen para romper el anillo de seguridad internacional que ellos mismos han creado a punta de la plata de todos los venezolanos”.
Luego anunciaba con optimismo los ingredientes del plan: “Calle, más ingobernabilidad, la acción de los activistas en el Metro, Metrobus, Liceos bolivarianos, universidades públicas, todo, todo”. Como una hoja de ruta dictada al detalle, estos fueron los blancos principales elegidos por grupos comando, que atacaron el sistema de transporte público en numerosas oportunidades, incendiando unidades y agrediendo al personal operativo, además de quemar varias sedes universitarias y asesinar a policías, motorizados y vecinos con francotiradores.
El caso más resonante del último mes fue el que tuvo como víctima al conductor de Metrobus de Caracas, Johnatan Giménez, a quien le arrojaron una bomba molotov que le causó graves quemaduras. De acuerdo al balance del Ministerio Público, el saldo de estos ataques, sólo en el sistema de transporte, fue de un centenar de vehículos dañados y alrededor de 200 trabajadoras y trabajadores heridos.
Pero… ¿quién es la persona que -según estas revelaciones- indicó los pasos a seguir?
El hombre del Departamento de Estado
Kevin Whitaker es un cuadro permanente del Servicio Exterior de EE.UU., asignado desde hace tiempo a América Latina y el Caribe. Entre 2002 y 2005 fue coordinador de la Oficina de Asuntos Cubanos. Desde 2005 hasta 2007 fue el segundo al mando en la Embajada en Venezuela. En 2007 y 2008 se desempeñó como subsecretario ejecutivo del Departamento de Estado. Luego fue nombrado director de la Oficina de Asuntos Andinos, puesto que ejerció hasta el 2011. A partir de ese momento, ocupó el cargo de subsecretario de Estado adjunto para Sudamérica hasta abril de este año, cuando fue confirmado como embajador en Colombia.
En otro de los mensajes electrónicos divulgados el miércoles por el gobierno bolivariano, Pedro Luis Burelli -ex directivo de PDVSA, residente desde hace años en EE.UU.- se dirige en septiembre de 2013 a Henrique Salas Romer, ex gobernador del Estado Carabobo y hace pocas semanas denunciado como orientador del grupo de extrema de derecha JAVU.
En el correo, Burelli le indica a Salas Romer que se tiene que contactar con Otto Reich, a quien sindica despectivamente como el “mouthpiece” (el portavoz) de Eligio Cedeño, banquero prófugo de la Justicia venezolana residente en Miami y presunto financista de las protestas violentas. Por último, le recomienda que se contacte con Whitaker, de quien escribe sus datos, incluyendo el cargo en ese momento en el Departamento de Estado y su teléfono.
Pasar a otras fases
La fallida participación de Machado en la OEA, en su carácter de embajadora panameña, no desanimó a la ex diputada, quien continuó su gira por diversos países, promoviendo sanciones contra Venezuela.
Según las revelaciones, el 12 de mayo envió un correo a Henrique Salas Romer desde Canadá, describiendo que allí que “la acogida fue maravillosa”. “Con este respaldo, el del Parlamento europeo, el del State (Departamento de Estado) y el del Senado Americano haciendo lo prometido, el lobby internacional está en su mejor momento desde que inició esta lucha”, aseguró.
Para agregar a continuación: «Eligio (Cedeño) está claro en lo que le toca y me hace portadora de un mensaje de absoluta confianza en nuestra capacidad organizativa para las otras fases en las que irá entrando la lucha. (…) Vamos por más y a seguir alentando, con estos esfuerzos, la agitación de todos los jóvenes y en especial, los estudiantes».
El 23 de mayo pasado, sin embargo, Machado ya no muestra tanto optimismo al dirigirse a Diego Arria, ex director del BID y quien ocupara varios cargos políticos y diplomáticos durante el período anterior a la Revolución. «Es verdad que la alineación de la estrategia internacional ha sido exitosa. Esto es muy bueno pero no suficiente, porque todo se está tardando mucho y aquí no nos basta que esos muchachos estén de asamblea en asamblea y nosotros hablando con nuestros amigos en el exterior. Es un camino que ya (está) siendo demasiado largo”, reconoce. Luego añade, ofuscada: “No me calo más esta espera. Hay que limpiar esta porquería, comenzando con la cabeza, aprovechando el clima mundial con Ucrania y ahora Tailandia. Cuanto antes, mejor».
Tras insistir con que “los muchachos vieron apagado su impulso inicial”, Machado vuelve a decir que la situación es urgente: “Ya llegó la hora de acumular esfuerzos, hacer las llamadas necesarias para aniquilar al maduro (sic) y lo demás caerá solo”.
Como una calesita que da vueltas y muestra una y otra vez los mismos personajes, Arria entonces le reenvía la consulta a Burelli, quien le responde el domingo pasado, 25 de mayo: “Esa es la actitud, vamos con todo y por todo, contra todo. Contamos con el Departamento, la embajada y ahorita vienen las sanciones desde el Senado”, afirma entusiasmado.
Tres días después, mientras el gobierno bolivariano difundía estas comunicaciones, efectivamente la Cámara de Representantes aprobaba sanciones a Venezuela, cerrando el círculo, como si confirmara involuntariamente el origen de las protestas “espontáneas”: de dónde es que viene #LaSalida.
Fernando Vicente Prieto, desde Caracas – @FVicentePrieto
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