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29 mayo, 2014

A 44 años del «Operativo Pindapoy»

El 29 de mayo de 1970, a un año exacto del Cordobazo, Montoneros se presentaba públicamente como organización política revolucionaria con el secuestro del ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, que sería ejecutado dos días después acusado de “traición a la Patria”.

El 29 de mayo de 1970, a un año exacto del Cordobazo, Montoneros se presentaba públicamente como organización política revolucionaria con el secuestro del ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, que sería ejecutado dos días después acusado de “traición a la Patria”.

Pedro Eugeni Aramburu, que había sido uno de los impulsores de esa “Revolución Libertadora” que derrocaría a Perón después de los bombardeos a la Plaza de Mayo, asumiría personalmente la presidencia el 13 de noviembre de 1955, reemplazando al “tibio” Eduardo Lonardi, para llevar adelante la política de “desperonización del país”. No sólo se prohibió el nombre del “tirano prófugo” y se quitó su nombre y el de Evita de calles, plazas y colegios sino que además durante su mandato se produjo el secuestro del cadáver de Eva y los fusilamientos de los alzados del general Valle, que Rodolfo Walsh relataría en su célebre Operación Masacre.

Por estos “crímenes contra el pueblo argentino” se convirtió en el blanco perfecto de una naciente organización armada peronista que eligió presentarse públicamente con su secuestro y posterior ejecución. En el efervescente clima político del Onganiato post Cordobazo, «el 29 de mayo de 1970, un grupo de diez jóvenes peronistas secuestró al ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu y lo asesinó luego de un juicio en el que se lo acusó de 108 cargos de traidor a la patria y al pueblo y de asesino de 27 argentinos”, tal como citaba el primer comunicado de Montoneros.

Los detalles del llamado «Operativo Pindapoy» serían conocidos años después, a partir de un artículo publicado por Mario Firmenich y Norma Arrostito el 3 de setiembre de 1974 en la revista «La causa peronista»: Cómo murió Aramburu. Allí detallan la operación por la que logran engañar al “fusilador” de Valle para sacarlo de su departamento, lo suben a un Peugeot y lo trasladan hasta la localidad de Timote, partido de Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, donde inmediatamente se le celebra un “juicio revolucionario” que culmina dos días más tarde con su ejecución a manos de Fernando Abal Medina, el líder del grupo.

La incapacidad de Onganía de dar con los culpables del secuestro acabaría contribuyendo al fin de un gobierno que ya venía muy debilitado por la insurrección popular cordobesa de un año atrás. Durante el gobierno de Lanusse la Justicia argentina procesa y sentencia a varios de los ejecutores de Aramburu, pero las penas no llegaron a cumplirse pues fueron aministiados al llegar Héctor José Cámpora a la presidencia.

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