28 mayo, 2014
Déficit energético: Argentina importa “compulsivamente” (1)
En 2013 se gastaron más de seis mil millones de dólares en importar recursos para un sector que debería ser auto-sustentable. Consumo y producción de petróleo, gas y electricidad analizados por especialistas. Primera parte de la nota.

En 2013 se gastaron más de seis mil millones de dólares en importar recursos para un sector que debería ser auto-sustentable. Consumo y producción de petróleo, gas y electricidad analizados por especialistas. Primera parte de la nota.
En los últimos años, el uso de la energía en el país se convirtió en un problema preocupante: la falta de hidrocarburos en el mercado local, la importación creciente de los productos derivados del petróleo y los sucesivos cortes de luz en el verano demuestran una crisis en el ámbito energético. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en octubre de 2013 las importaciones sumaron 6561 millones de dólares, de los cuales un 70 % son por la compra de combustibles derivados del petróleo. Por otro lado, el sector eléctrico genera un 92 % de la tensión para abastecer a la población pero, de todos modos, son frecuentes los cortes de luz en época estival.
Según Marcos Rebasa, miembro del Instituto Energético Scalabrini Ortiz y ex director del Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE), la principal causa del déficit energético es por el “consumismo en demasía por parte de los argentinos”. Asegura que en caso de ahorrar el 3 o 4 % de uso en los hogares es equivalente a dejar de importar un 20 % de gas y gasoil, que significarían un ahorro de 12 mil millones de dólares. Además, aclara que los subsidios a las tarifas de los servicios colabora con el uso desmedido ya que crearon un “círculo vicioso” para la economía del país pero que no colaboró en la reducción del gasto por parte de los proveedores. “La clase media sigue teniendo una energía eléctrica subsidiada, mientras que la gente humilde sigue pagando las garrafas de gas mucho más caras que aquellos que tienen más recursos”, agregó sobre el rol del Estado.
En la misma línea que Rebasa, el director del Departamento de Energías Renovables del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Gustavo Gil, asegura que el problema arranca en cómo se utiliza: “la población consume el material energético como si fuese un bien de consumo. Es como si yo te dijera que me quiero comer dos panchos y me los como. Hay gente que piensa ‘quiero consumir dos kilovatios’, y los consume sin medir las consecuencias que puede traer”.
Otro de los aspectos que se señala como motivo de esta situación es la disponibilidad de alimentación deficiente por parte de las empresas proveedoras de servicios como gas y luz. “La demanda sobrepasa la oferta de energía del país”, asegura Gil. La población argentina es la mayor consumidora de electricidad en la región latinoamericana con 49 millones de megavatios por año. Comparado con la década anterior, la utilización de este tipo de fuente energética creció casi un 150 %. Debido a este aumento y a la tecnología antigua en la mayoría de los artefactos que distribuyen este servicio, cuando se generan picos de tensión, se generan prolongados cortes de luz. Por otro lado, respecto a los hidrocarburos, la producción local no basta para satisfacer al mercado por lo que se tuvo que recurrir a la importación de combustibles, cuando entre 1990 y 2010 se exportaban por el equivalente de cinco años de reservas, como nafta, gas natural o lubricantes de motores. Sobre las políticas gubernamentales en este campo, el director del Instituto Energético Scalabrini Ortiz piensa que se cometieron muchos errores, entre ellos la recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF): “Como los españoles se llevaban lo poco que había y no invertían, hubo que nacionalizarla y este fue el punto del año pasado: Recuperar la empresa para que el país retome una política petrolera que no tenía”.
Para Rebasa este asunto tiene tal complejidad que afecta seriamente a la economía del país, mientras que el funcionario del INTI asegura que Argentina va en camino a convertirse en un “importador compulsivo” en materia de derivados del petróleo si no se revisa este asunto. Además, agregó: “en este ámbito no se puede aplicar la política liberal de decir ‘que se arregle el mercado’ porque estás compitiendo con una energía amortizada, como la del petróleo, muy subsidiada en su curva inicial de aprendizaje, en menor escala actualmente, y con un andamiaje político que la rodea”. La explicación del Gobierno a esta problemática se remite al crecimiento de la actividad económica, aunque Gustavo Gil piensa que ese razonamiento era válido en los primeros meses en los que apareció este conflicto y que para él se debe a la falta de proyección de la demanda energética.
Agustín Castelli – @agcastelli
Adrian Ortalli – @AdrianOrtalli
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