Europa

27 mayo, 2014

Una Europa derecha

Como se esperaba, los conservadores mantuvieron la primera minoría en las elecciones al Parlamento Europeo. Además, los nacionalistas de derecha han realizado una elección muy buena con triunfos en Francia e Inglaterra. Por su parte, la izquierda también tiene algún motivo para alegrarse, en especial por su triunfo en Grecia y los resultados en España.

Como se esperaba, los conservadores mantuvieron la primera minoría en las elecciones al Parlamento Europeo. Además, los nacionalistas de derecha han realizado una elección muy buena con triunfos en Francia e Inglaterra. Por su parte, la izquierda también tiene algún motivo para alegrarse, en especial por su triunfo en Grecia y los resultados en España.

El proceso electoral de tres días por el cual se eligió el nuevo Parlamento Europeo (poder legislativo de la Unión Europea) finalizó el domingo y el grupo de los Partidos Populares Europeos (la derecha tradicional) mantuvo su lugar como primera minoría. De los 751 escaños, obtendrá (según los datos consultados al de esta nota) 213, seguidos por los 190 de los Partidos Socialdemócratas. Pero esto no debe hacer perder la noción de que ambos han reducido sus representantes y que han perdido votos a lo largo de todo el continente.

La participación electoral dejó sin dudas mucho que desear, pero se esperaba de hecho que fuera menor. El 43% estimado representa que, por primera vez desde 1979, no hubo una tendencia a la baja, manteniéndose en el nivel que tuvieron las de 2009. Aunque en varios países de Europa oriental las cifras fueron inferiores.

Si bien lo auguraban varias encuestas y resultados de elecciones recientes, el sufragio excepcional de los partidos de la nueva derecha y los euroescépticos no deja de ser algo sorprendente. Los casos de Francia e Inglaterra son paradigmáticos donde triunfaron partidos con puntos de vista xenófobos y antieuropeístas.

El Frente Nacional de Marine Le Pen, con el 25% de los votos, fue la fuerza más votada en Francia. Su crecimiento es meteórico: en 2009 recibió un poco más del 6%. El golpe más duro lo recibió el Partido Socialista, que gobierna el país, con un resultado histórico por lo bajo (14%). El primer ministro Manuel Valls ha declarado, en un mensaje grabado, que “es un momento grave, muy grave para Francia y Europa». Su partido está pagando las consecuencias de las políticas de austeridad implementadas cuando en su momento la asunción de Hollande parecía significar un cambio de rumbo respecto a su antecesor Nicolas Sarkozy.

Para Le Pen, los resultados indican que «nuestro pueblo exige una política de los franceses, por los franceses y para los franceses». Y agregó que estos votaron por “un proteccionismo inteligente, detener la inmigración, por el control de las fronteras y por no ser más dirigidos por comisionados ilegítimos y que no son elegidos”.

En la misma línea puede ubicarse el triunfo de UKIP en Inglaterra (pese a que por el momento no integra el mismo bloque político que el Frente Nacional en el Parlamento). La formación que lidera Nigel Farage obtuvo el 28% de los votos. No sólo representa un gran crecimiento respecto del 16,5% en 2009, sino que es la primera vez en la historia moderna que ni el partido Laborista ni los conservadores triunfan en una elección nacional británica. El primer ministro, el conservador David Cameron, señaló que los resultados muestran “un claro mensaje, que es que la gente tiene una profunda desilusión con la Unión Europea y cómo está funcionando” y que “quieren cambios”. En sus declaraciones, Farage señaló que “hasta ahora, la integración europea, nos gustara o no, parecía algo inevitable. Pero esto ya no será inevitable, no con los resultados de esta noche”.

Sin dudas, los resultados son un cimbronazo importante. A esto se suma la buena elección de las derechas radicales en Dinamarca (donde triunfaron), Austria, Finlandia, Hungría e incluso Alemania.

Aquí, los democristianos de Merkel consiguieron la victoria, pero sin haber realizado una gran elección, y los socialdemócratas lograron recortar distancias respecto a los últimos comicios. Puede ser más preocupante para la canciller la buena elección de los euroescépticos de Alternativa por Alemania, que sumó 7 eurodiputados. Además, el neonazi Partido Nacional Demócrata, tendrá por primera vez representación en el parlamento.

En Italia, el primer ministro Matteo Renzi (del Partido Democrático), que llegó hace poco más de dos meses sin haber pasado por las urnas tras un cambio en el gabinete, fue respaldado por la población, consiguiendo su partido el triunfo con más del 34% de los votos.

La izquierda europea encontró en Grecia un motivo de festejo. La agrupación Syriza, con más del 26% de los votos, se alzó con la victoria por sobre la gobernante Nueva Democracia. Alexis Tsipras, líder de la agrupación y candidato de las izquierdas de todo el continente para la Comisión Europea, afirmó que “los ciudadanos europeos festejan hoy la derrota de las políticas de austeridad y de los memorandos de este país, que los líderes europeos eligieron como cobaya”.

La izquierda (que aumentó sus escaños en el Parlamento Europeo, al llegar a 42) realizó una buena elección también en España, pese al triunfo del Partido Popular. Es que entre el PP (26%) y el PSOE (que salió segundo con 23%) no llegaron al 50% de los votos, lo que contrasta con el 73% que sumaron en 2009. Por esto, los medios españoles coincidieron en señalar que el bipartidismo fue el gran derrotado de la jornada electoral. El gobernante PP perdió más de 2,6 millones de votos respecto a las últimas elecciones europeas, pero el primer lugar le da cierto margen de acción. En cambio, el PSOE vivió el resultado como una debacle total y el líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya anunció que dará un paso al costado.

Izquierda Plural logró el tercer puesto, con un 10% de los votos, lo que implica un importante crecimiento respecto al último sufragio (sumó un millón de votos). Pero la gran sorpresa fue el cuarto puesto del izquierdista Podemos, conformado en enero y liderado por el politólogo Pablo Iglesias. Sus palabras reflejan la postura de la agrupación: “Decimos lo que dicen los movimientos sociales. Es el momento de defender al pueblo y decirle no a la Troika y a Merkel”. El líder de Izquierda Plural, Willy Meyer, comentó que estos dos partidos tenderán a actuar conjuntamente, dada la similitud de los programas.

También debe destacarse la buena elección realizada por fuerzas independentistas. En el País Vasco, el segundo puesto de EH Bildu, partido independentista de izquierda, que integra una coalición de la que forma parte el Bloque Nacionalista Gallego, entre otros, le permite llevar por primera vez un eurodiputado. En Cataluña, Esquerra Republicana consiguió su primer triunfo desde la Segunda República, dejando en segundo puesto al gobernante Convergencia i Uniò. La lectura que muchos hicieron de esto es que las fuerzas soberanistas sumaron el 55% en esta comunidad autónoma, lo que le da impulso a la realización del referéndum por la independencia programado para noviembre.

Con estos resultados electorales, es muy posible que el conservador Claude-Jean Juncker sea el nuevo Comisionado Europeo, aunque los populares deberán articular bien las alianzas para ello. La fragmentación del mapa político europeo se hace evidente. No hay partidos que se impongan con amplia mayoría y queda reflejada la visión negativa que existe del camino por el que transita la Unión Europea, considerando los buenos resultados de fuerzas que, desde ópticas diferentes, buscan un cambio drástico para el Bloque. Pero tampoco debe perderse de vista que una elección europea no es lo mismo que una nacional y habrá que estar atentos para discernir como cristalizarán estos procesos.

 

Matías Figal

 

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