27 mayo, 2014
De grafitis y ferrocarriles
Un joven fue descubierto por Prefectura y apresado el domingo, mientras pintaba con aerosol un tren perteneciente a las nuevas formaciones del Ferrocarril Sarmiento, al ser consultado sobre el tema, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, señaló que va a accionar penalmente contra los jóvenes y sus padres, y aseguró que “Si fuera mi hijo, le dejo el traste pero sabés cómo”.

Un joven fue descubierto por Prefectura y apresado el domingo mientras pintaba con aerosol un tren perteneciente a las nuevas formaciones del Ferrocarril Sarmiento. Al ser consultado sobre el tema el ministro del Interior, Florencio Randazzo, señaló que va a accionar penalmente contra los jóvenes y sus padres, y aseguró que “si fuera mi hijo, le dejo el traste pero sabés cómo”.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, denunció penalmente por vandalismo a un joven -que junto a otro aún no identificado- fue apresado el domingo a la noche por personal de Prefectura tras ser encontrado pintando con aerosol un tren perteneciente a una de las nuevas formaciones del ferrocarril Sarmiento, recientemente inaugurado.
El ministro al detallar el hecho, durante una conferencia de prensa realizada en la mañana del lunes, indicó que “Prefectura Naval divisó a dos individuos en un comportamiento extraño y decide detenerlos, uno de ellos se escapa y al otro logran atraparlo mientras huía en un taxi. Cuando lo requisan le encuentran una bolsa con aerosoles”. Ante esta situación sostuvo que se va a ir hasta las últimas consecuencias, con un reclamo que incluye la indemnización de los daños producidos a los padres de los jóvenes, por ser estos menores. “El Estado va a accionar contra los padres en los casos en los que los delitos sean cometidos por menores teniendo en cuenta que ha sido muy grande el esfuerzo en materia de recursos”, afirmó Randazzo, al dar a conocer el hecho.
Para el ministro la acción penal es necesaria, en tanto “ha sido muy grande el esfuerzo del Estado para la adquisición de este material rodante. Cada vagón vale 1.270.000 dólares”, en alusión a las nuevas formaciones adquiridas recientemente, bajo el plan que desarrolla el Ministerio de Transporte, de renovar tanto el material rodante, como vías y estaciones, denominado por el propio Randazzo como “la revolución ferroviaria”.
Sin embargo, en declaraciones radiales posteriores el funcionario, visiblemente enojado, endureció su discurso y aseveró: “Si fuera mi hijo, le dejo el traste pero sabés cómo… ¡por pelotudo! Le pego una patada en el culo. El pibe mío va y pinta un tren… ¿cómo puede ser? ¿En qué país vivimos?”, y finalizó: «¡Hay que matarlos, te dan ganas de matarlos! Pero uno tiene que ser medido porque es un menor y trata de intentar justificar ese comportamiento”.
Tanto el hecho en cuestión, cuya causa transitará por el Juzgado Federal Nro. 14, a cargo de Sebastián Casanello, como las declaraciones del ministro tuvieron eco en los diferentes medios, quienes abrieron un debate tanto sobre la propia práctica del grafiti callejero, como sobre la responsabilidad penal o no de los padres de los menores involucrados.
La opinión de los grafiteros, el porqué de la práctica y las distintas formas de llevarla adelante se dieron cita a lo largo del día, mientras desde otros medios se preguntaban sobre la legalidad de hacer penalmente responsable a los jóvenes y sus padres por los grafitis del Sarmiento.
El fenómeno del grafiti, junto a otro tipo de intervenciones callejeras, se ha convertido en una práctica ejercida por jóvenes en las principales ciudades del mundo, siendo la más difundida la de la ciudad de Nueva York. En Argentina el fenómeno tampoco es nuevo, tanto los distintos ramales del ferrocarril, como el subterráneo de la ciudad de Buenos Aires, han sido objeto de este tipo de pintadas.
Tiempo atrás, Metrovías reconoció que el 60% de los 482 vagones de subte contaban con algún tipo de grafiti. La mayoría se encontraba en la línea B (126 vagones, el 80% de los mismos) y en la línea C (78 vagones, el 80% de los mismos), llegando incluso a tapar las ventanas de las formaciones.
Salvo alguna nota ocasional publicada por los grandes medios, donde se debatía acerca del carácter ilegal del grafiti, y la opinión por parte de los jóvenes que llevan adelante esta práctica, para quienes es arte, nadie se había pronunciado al respecto, incluso con el fenómeno extendido como se señaló más arriba tanto en la red de subterráneos como en los ferrocarriles. Hasta las declaraciones de Randazzo, tanto ni el propio ministro, ni funcionarios del gobierno nacional, ni en el caso del subte de la ciudad, funcionarios porteños, habían alzado la voz sobre el tema. La revolución ferroviaria parece no admitir grafitis.
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