17 mayo, 2014
Está bien tomar una cerveza después de hacer deporte
Un estudio reciente del catedrático de Fisiología de la Universidad española de Granada, Manuel Castillo, demostró que beber cerveza después de hacer actividad física no es perjudicial para el organismo. En dosis razonables, es lo mismo que tomar agua.

Un estudio reciente del catedrático de Fisiología de la Universidad española de Granada, Manuel Castillo, demostró que beber cerveza después de hacer actividad física no es perjudicial para el organismo. En dosis razonables, es lo mismo que tomar agua.
“Vimos que no había estudios científicos sobre las virtudes o perjuicios de la cerveza tras hacer alguna actividad física intensa”, explicó Manuel Castillo al presentar su informe. El responsable del Grupo de investigación Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio de la Universidad de Granada realizó un estudio titulado “Idoneidad de la cerveza en la recuperación del metabolismo de los deportistas”.
Con la participación de miembros de su equipo y de Ascensión Marcos, del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se llevaron a cabo las pruebas que arrojaron resultados sorprendentes.
Se seleccionó un grupo de personas voluntarias que fueron expuestas a correr durante una hora en una cinta. Para darle mayor intensidad se estableció una temperatura ambiente de 35 grados y 60% de humedad relativa. Finalizado el ejercicio, en promedio, todas las personas participantes perdieron entre 1,5 y 2 litros. Alrededor del 2% de su peso corporal.
Para poder comparar, se realizaron dos tandas de ejercicios. Tras la primera se permitió a quienes corrieron rehidratarse con la cantidad de agua que quisieran. En la segunda tanda se les entregaron dos tercios de litro de cerveza (660 ml.) y toda el agua que precisaran.
Tanto en la previa, como durante la realización del ejercicio y, por supuesto, después se midieron el nivel de hidratación, la composición corporal y parámetros endocrino-metabólicos, inflamatorios, inmunológicos y hasta psico-cognitivos. Todo esto para evaluar si el consumo de cerveza afectaba o no algunos de estos factores.
Para sorpresa del equipo de investigación, al menos en esa cantidad, la cerveza no había generado ningún problema al organismo de las personas. “El 95% de la cerveza es agua y en el resto hay distintos componentes beneficiosos, como el potasio, polifenoles (antioxidantes), proteínas. Pero también alcohol, que es perjudicial”, comentó Castillo. En ese sentido recomendó “a los que no la toman, no se la aconsejo, pero a los que sí, pueden seguir haciéndolo”.
Como el agua, la cerveza también permite recuperar el nivel de hidratación perdida durante el esfuerzo físico y aumenta el volumen del plasma sanguíneo. Aunque la cerveza provoca diuresis (ganas de orinar), si el cuerpo perdió líquido, lo prioritario para el organismo es recuperarlo. “El organismo humano lo que hace es jerarquizar lo que le entra, de forma que prioriza hidratar, tras una importante pérdida de líquidos a través del sudor que se produce al practicar deporte, frente al alcohol que aporta la cerveza”, remarcó Castillo.
Por eso, beber agua o cerveza luego de un partidito no provoca ganas de ir al baño y funciona de la misma forma que el agua. “En definitiva, cerveza y deporte no son antagónicos sino que, con moderación y sentido común, son complementarios, placenteros y saludables”, finalizó el investigador.
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