28 abril, 2014
Muhammad Alí contra Estados Unidos
Este 28 de abril se cumple el aniversario del día en que Muhammad Alí se negó a ir a combatir a la guerra de Vietnam. Un hito de la solidaridad entre los pueblos.

Muhammad Alí nació como Cassius Marcellus Clay en 1942. Con apenas 18 años ganó la medalla de oro en Boxeo en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 y a los 22 años, el 25 de febrero de 1964, se consagró como campeón mundial en la categoría peso pesado tras derrotar al favorito Sonny Liston.
Al obtener el título le gritó a sus detractores: «Trágense sus palabras. ¡Soy el mejor!». Pocos días después anunció su decisión de cambiar su «nombre de esclavo» por Muhammad Ali debido a su adhesión a los principios de la Nación del Islam, movimiento político radical al que lo había acercado el mismísimo Malcom X.
Menos de dos años después de ganar el título fue convocado para ir a combatir a la guerra de Vietnam. El campeón del mundo se negó al reclutamiento, planteando objeción de conciencia y legando a la historia una frase memorable: “Pregunten todo lo quieran sobre la guerra de Vietnam, siempre les tendré esta canción: no tengo problemas con los Viet Cong, porque ningún Viet Cong me ha llamado ‘nigger’”.
El 28 de abril de 1967 Muhammad Alí dijo no ante el Comité de Reclutamiento. La osadía de ser uno de los primeros en oponerse a la intervención norteamericana en el sudeste asiático le costó perder su título mundial y su licencia boxística, pero también lo convirtió en un ícono del internacionalismo y en un referente de la lucha de los afroamericanos en EE.UU.
Además de su activismo político en los agitados años 60, Alí también quebró la leyenda de que un peso pesado que perdía el título no podía volver a recuperarlo (antes que él sólo Floyd Patterson lo había conseguido). En octubre de 1974 se hizo nuevamente con el cetro de campeón del mundo en una épica pelea en Zaire contra George Foreman. Aquel enfrentamiento pasó a la historia como «El combate del siglo» o The rumble in the jungle.
En la previa la expectativa por el match era tan grande que se aprovechó para montar un megashow musical de afirmación de la negritud que fue conocido como Zaire 74, del que participaron, entre otros músicos, James Brown y B.B. King.
También fue otra muestra de la maestria de Alí en guerra psicológica. Con una insistente campaña contra Foreman, que llegaba como favorito indiscutido, logró presentarlo ante la imagen pública como el «negro bueno» e «integrado», sumiso a los requerimientos del poder blanco. «Tío Tom», lo bautizó. Mientras tanto él construía su propia imagen como el prototipo del «bad nigger», el negro rebelde, provocador, inteligente y lenguaraz.
Así logró que la noche de la pelea, los más de 50 mil espectadores y espectadoras lo alentaran cantando durante todo el combate «Alí, bumaye» (Alí, mátalo). Posteriormente hasta se hizo una película sobre la pelea, llamada When we were kings, de 1996, que obtuvo el Oscar a Mejor documental.
Más allá de sus pobres últimas apariciones en el ring, anunció su retiro definitivo en diciembre de 1981, ostentando un impresionante récord de 56 victorias (37 por knock out) y sólo 5 derrotas. Varias de sus peleas han quedado en los anales del boxeo como las mejores de la historia y desde 1990 integra el Salón Internacional de la Fama del Box.
Pero fuera del ring los puños de Alí también dejaron su huella. Dejando de lado algunas polémicas ubicaciones políticas en la edad madura (llegó a apoyar la campaña presidencial de Ronald Reagan), su lucha contra el racismo, su apología del «black power» y sus latigazos verbales, tanto o más peligrosos que su mortífero jab, constituyen momentos claves en la lucha contra la opresión de la comunidad afroamericana de los EE.UU.
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