25 abril, 2014
Urbanización con radicación o los negocios apetitosos del PRO
Por Ramiro Sorondo. La Carpa Villera instalada en el Obelisco por cientos de vecinos de las villas porteñas, nucleados en la Corriente Villera Independiente, puso en discusión la situación de las villas y asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires. El reclamo de la urbanización con radicación.

Por Ramiro Sorondo. La Carpa Villera instalada desde el lunes por cientos de vecinos de las villas porteñas, nucleados en la Corriente Villera Independiente, puso nuevamente en discusión la situación de las villas y asentamientos que tiene la Ciudad de Buenos Aires. El crecimiento que estas han tenido en la última década es fenomenal: en los últimos 10 años la población en villas y asentamientos creció en un 52% (mientras la población en la ciudad prácticamente no creció), pasando de 107.422 a 163.587 habitantes entre los años 2001 y 2010. Esto según los datos del censo, aunque hay que aclarar que por las dificultades de relevamiento censal de las villas, no son datos completos: el número real se calcula en por lo menos 250.000 personas.
Ante esta situación, actualmente, todos los sectores políticos, incluyendo al gobierno de Mauricio Macri, proponen la urbanización de las villas y asentamientos, dejando atrás los tiempos donde hasta se hablaba de erradicar con topadoras. De esta manera se sancionaron una serie de leyes relacionadas a la urbanización: la ley 148 de “atención prioritaria a la problemática social y habitacional en las villas y núcleos habitacionales transitorios”, sancionada en 1998, y leyes particulares para algunas de las villas más grandes como la ley 403 para la 1-11-14 (2000), la ley 1770 para la 20 (2005), y la ley 3343 para las Villas 31 y 31 bis (2009).
Sin embargo estas siguen siendo hace años simplemente declaraciones de buenas intenciones, ya que al día de hoy ninguna se implementó y ninguna parece cerca de hacerlo. Esto a pesar de la creación hace unos años de la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social (SECHI) para supuestamente llevar adelante la urbanización de las villas y la inclusión social de sus habitantes.
Como decíamos, todos estamos en teoría de acuerdo con la “urbanización”. Ahora, ¿qué entiende el PRO por urbanización? Orgullosos de encontrar experiencias innovadoras en otras partes del mundo, desde el gobierno de Macri constantemente se hace referencia al modelo de Medellín, Colombia, como una supuesta experiencia exitosa de urbanización de asentamientos urbanos.
El “modelo Medellín”, en su discurso políticamente correcto, habla de integrar las villas a la ciudad y la ciudad a las villas, con deporte, educación y con medidas “simbólicas” como poner una biblioteca en una villa y pintar las plazas. Sin embargo este modelo, al igual que la propuesta del PRO, está basado en una planificación urbana puesta al servicio del mercado inmobiliario, lo que tiene como resultado para muchos de sus habitantes exclusión y desplazos.
A principios de abril de este año la titular de la SECHI, Marina Klemesiewicz, viajó a contar el -según ella- “proceso histórico” de “transformación de las Villas de la Ciudad” al VIII Foro Urbano Mundial, que se reunió en Medellín. En paralelo y en la mismísima ciudad modelo, decenas de organizaciones llevaron a cabo el Foro Social Urbano Alternativo y Popular, para contraponer al “proyecto excluyente de urbanización neoliberal” la defensa de lo que llaman el derecho a la ciudad.
Allí los organizadores declararon que su ciudad “expulsa y desaloja de sus casas a quienes estorban o se oponen a la planeación urbanística que impone un modelo de ciudad innovadora y en función de los mercados (…) La ciudad que construye el neoliberalismo es una apuesta contra los pobres, por expulsarlos de su hábitat para valorizar el suelo urbano y extraer rentas de monopolio, por arrebatar espacios para los negocios inmobiliarios y las nuevas inversiones de capital. Invertir en los barrios populares para renovar sus infraestructuras, revitalizar la vida comunitaria y estabilizar las comunidades, nunca ha sido parte de su modelo de ciudad”.
Esta concepción denunciada por las organizaciones colombianas, que a simple vista no se asemeja al discurso del PRO, quedó perfectamente plasmada en una entrevista realizada a Gabriela Michetti en un almuerzo con Mirtha Legrand el año pasado. La posible candidata a suceder a Macri como jefe de Gobierno, luego de proponer como medida la regularización dominial (entrega de títulos de propiedad) dijo: “Lo que ha sucedido en otros lugares del mundo con esto es que como esos terrenos son muy apetitosos para el sector privado y el sector inmobiliario, lo que termina pasando es que el sector inmobiliario compra esos lugares y la gente puede comprarse con ese dinero una casa en la ciudad o cualquier otro lugar. Y ese lugar puede integrarse al puerto o hacer un sector de barrios para clase media”.
Más claro imposible. La erradicación de las villas es terciarizada al mercado. Éste, con su propia lógica, termina expulsando a los habitantes de sus propios barrios, como una especie de expropiación con pago que, obviamente, solo podrían recibir quienes son dueños y no quienes alquilan. El supuesto “Plan maestro” para la Comuna 8 de la Ciudad de Buenos Aires también va en ese sentido. Aunque al no tratarse aún de tierras “apetitosas”, va de la mano de la privatización de espacios públicos y demás medidas orientadas a “desarrollar” social y económicamente a los barrios de la Comuna.
Ante las promesas incumplidas y los proyectos neoliberales maquillados con discursos de inclusión social, antes que a Medellín hay que ir al Obelisco y escuchar a la Carpa Villera. La urbanización debe tener como objetivo integrar realmente a las villas a la Ciudad de Buenos Aires y lograr que todos podamos tener los mismos derechos. Que el Estado garantice la posibilidad de acceder a los mismos servicios básicos que tienen los habitantes de la ciudad como cloacas, agua potable, tendido eléctrico, gas de red, calles, así como educación y salud.
Las villas no son tierras apetitosas para las empresas, sino que son barrios y es por esto que desde la Corriente Villera Independiente insistimos en hablar de urbanización con radicación. Construir barrios dignos y no erradicarlos es lo que necesitamos, por más que le pinche el globo a los negocios del PRO.
@ramirosorondo
Militante de Marea Popular y de la Corriente Villera Independiente
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