15 abril, 2014
8 años de prisión para el hombre que dejó ciega a su pareja
Carlos Goncharuk golpeó a Susana Gómez hasta dejarla ciega. La mujer había realizado 13 denuncias durante los nueve años que duró la relación. “Hoy se dio un giro en la justicia“, dijo luego de la sentencia.

Carlos Goncharuk golpeó a Susana Gómez hasta dejarla ciega. La mujer había realizado 13 denuncias durante los nueve años que duró la relación. “Hoy se dio un giro en la justicia“, dijo luego de la sentencia.
Fue la denuncia número 14 la que desencadenó su detención y procesamiento: Carlos Ariel Goncharuk había ido a buscar a su pareja, Susana Gómez, a la casa de su familia donde se escondía cuando la violencia se volvía insostenible o cuando temía por su vida y la de sus hijos. Una vez allí, el hombre irrumpió y se descargó con lo primero que encontró: le dio un cadenazo en la cabeza al papá de la mujer y le fracturó tres costillas a piñas. No era la primera vez. En otra ocasión había llegado con su moto y la había acelerado al grito de “¡Abrí porque te mato, negra de mierda!”.
Susana tiene 29 años y cuatro hijos. Durante los nueve que duró la relación efectuó trece denuncias, tanto en el fuero civil como penal, y sólo recibió órdenes de restricción que fueron sistemáticamente violadas por Goncharuk. En julio de 2010 sucedió el episodio que la dejó ciega: su pareja la agredió golpeándole la cabeza contra la pared de la cocina, provocándole lesiones irreparables en el nervio óptico. Los médicos certificaron “doble desprendimiento de retina provocado por múltiple traumatismo craneal“. Susana perdió la vista para siempre.
En el día de ayer, luego de un juicio abreviado, la jueza Carmen Palacios Arias, del Tribunal Oral Criminal (TOC) número 5 de La Plata, condenó a Carlos Goncharuk a 8 años de prisón. La fiscalía había pedido 9 y la querella 10. El hombre fue imputado por “lesiones grávisimas“
“Esta sentencia es reparadora. Se comprobó la desidia de la justicia para con Susana, que le negó sus denuncias previas. Y este fallo es ejemplar para los casos de violencia de género en todo el país”, dijo Darío Witt, titular de Casa María Pueblo, la ONG que la representó legalmente. Por su parte, el abogado de Gómez, Carlos Castagno, dijo que Goncharuk “debe dar gracias a la justicia, que por no haber actuado a tiempo dejó este hecho en un cuadro de lesión gravísima cuando podríamos haber pedido una condena de 15 años“. El caso no pudo ser calificado con los parámetros de la nueva ley sobre violencia de género, incorporada al código penal en 2012.
La impunidad en el banquillo
Antes del comienzo del juicio, Susana hizo un pedido: no quería que su agresor estuviera presente en la sala del Tribunal cuando ella declarara. “No lo voy a ver, me dejó ciega, pero voy a saber que está ahí“, dijo. Para la jueza Palacios Arias, sin embargo, el hombre tenía derecho a escucharla. Entonces dispuso una pizarra cerca del estrado para que él se ubicara detrás.
Susana se sentó, tomó el micrófono y contó su calvario: los ataques, las violaciones, el maltrato físico y psicológico. “Me amenazó de muerte y me obligó a tener relaciones sexuales delante de mis hijos“, declaró.
Al final de esa primera audiencia, la pizarra se esfumó. Fue entonces cuando Goncharuk la encontró en los pasillos de los tribunales de la plata, fuera de la sala de audiencias, y le dijo a pocos centímetros de distancia:
–Te perdono, Susy. Te perdono.
La mujer rompió en llanto. Los agentes penitenciarios lo retaron tardíamente y lo encerraron en un cuarto del TOC. “Un hecho gravísimo“, calificó la titular de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboració de Sanciones de Violencia de Género, Perla Prigoshin. Y agregó que eso no habría ocurrido “si una magistrada con perspectiva de género hubiese extremado los recaudos para evitar que semejante individuo se acercase a la mujer, que pidió no cruzarse con ese hombre”.
Susana Gómez había declarado a Télam: “Estoy ciega por culpa de la justicia“. Ayer, luego de la sentencia y de haber declarado que sobrevivió “porque Dios es grande“, concluyó: “El daño no me lo saca nadie, nunca más veré la cara de mis hijos. Pero estoy viva, y los tengo cerca. Ahora todo será diferente. Hoy se dio un giro en la justicia”.
Carolina Rosales Zieger – @Caroerrezeta
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