11 abril, 2014
I want to be a part of it, New York, New York
Tres generaciones de jóvenes newyorkers analizadas a través de las tres series más representativas de cada una de ellas. Seinfeld, Friends y How I Met Your Mother nos muestran cómo fue cambiando la gran manzana a través de los años, los gobiernos, el fin del american dream y los avionazos. Atención que hay spoilers (y no hay torres gemelas).

Tres generaciones de jóvenes newyorkers analizadas a través de las tres series más representativas de cada una de ellas. Seinfeld, Friends y How I Met Your Mother nos muestran cómo fue cambiando la gran manzana a través de los años, los gobiernos, el fin del american dream y los avionazos. Atención que hay spoilers (y no hay torres gemelas).
Sin dudas hay un elemento ofrecido por la amplia industria cultural norteamericana que atraviesa por igual a tres generaciones distintas en tres décadas diferentes: sitcoms sobre grupos de amigos sin mucho que hacer en Nueva York. Seinfeld, Friends y How I Met Your Mother se alzan por sobre todas las demás series por el hecho de, a grandes rasgos, no tener un argumento que gire alrededor de un tema en particular más que la comunión de un grupo de jóvenes clase media de entre 25 – 30 años en un lugar donde compartan un café o un vaso de cerveza. Pero ensayemos un breve análisis de como cambió la (a veces ultraliviana) realidad de un grupo de newyorkers a través de estos años.
Yada yada yada
El primer intento del cómico de stand up Jerry Seinfeld y su amigo Larry David de tener un programa de televisión no fue ni por lejos preludio del éxito al que llegarían luego. La idea de contar la historia de tres amigos de clase media que promediaban los 30 años en New York, y no mucho más, no le convencía a los ejecutivos de la NBC. Sin embargo, luego de insistir y con la colaboración de uno de los productores de la cadena que puso dinero de su propio bolsillo, el show comenzó a emitirse el 31 de mayo de 1990, con el agregado de un personaje femenino, Elaine Benes, bajo el nombre de The Seinfeld Chronicles.
El tono irónico de la serie prendió rápido en el público norteamericano. Lejos de ser las sitcom un género que haya profundizado en temas propios de esa época, como el debate entre dos modelos productivos en constante conflicto, o el todavía encendido debate por el HIV y la homosexualidad (en 1993 se estrenaba Philadelphia, de Jonathan Demme), Seinfeld llevaba más allá el cinismo y la acidez en su trama. Presentaba personajes que intentaban desarrollar sus vidas lo más lejos posible de los problemas “reales” de una sociedad que, más allá de si está bien o esta mal, tampoco tenía muchas ganas de resolverlos. Jerry Seinfeld, su ex novia y amiga Elaine Banes, George Constanza y Kramer no debatían sobre las decisiones de George Bush padre y sus acciones en la Península del Golfo, los precios del petróleo y mucho menos sobre la desmedida manera en la que Estados Unidos empezaba a llenar sus arcas con el dinero de todo el mundo a través de las acciones de la bolsa a tan solo unas cuantas calles del Monk’s Cafe, lugar de reunión preferido del grupo.
En mayo de 1998 y tras nueve temporadas que hicieron parecer a la primer decisión de la NBC de no aceptar el show un chiste resacoso de los productores, Seinfeld llegaba a su fin con un último capítulo que contó con la impresionante suma de 76 millones de televidentes pegados a la pantalla.
Friends will be Friends
En la misma ciudad, un poco más al sur, un grupo de seis amigos salidos de la cabeza de los productores Marta Kauffman y David Crane se juntaban a tomar café en el Central Perk. Joey, Chandler, Mónica, Phoebe, Ross y Rachel salían de distintas familias, diferentes clases sociales y desarrollaban diversos trabajos para mantenerse (desde una cocinera a un actor, pasando por una masajista y una asistente de moda en Ralph Lauren). Poco les interesaba el escándalo Clinton-Lewinsky o los aviones estrellándose sobre sus propias cabezas. Lo importante en la vida de este grupo de amigos casi treintañeros era encontrar el amor y la forma que este no se interpusiera en su aparentemente infranqueable amistad.
La simpleza de la trama de Friends no se alejaba de la de Seinfeld, su inmediata antecesora. Un poco menos ácida, permitía vislumbrar lo que le interesaba en ese entonces a la cultura posmoderna norteamericana: pasar lo más desfachatadamente el umbral del fin del milenio sin cuestionar demasiado la forma en la que se hace. Friends era un retrato de una época en la que los grandes debates intentaban pasar por el ojo de una aguja. Un hecho que graficó a la perfección este síntoma fue lo deliberadamente inadvertido que pasó un hecho tal como el atentado a las Torres Gemelas en septiembre de 2001. Las únicas modificaciones existentes en el show ante el evento más significativo de la historia de Manhattan consistieron en cambiar la imagen de la presentación en la escena donde aparecían las torres, y las tomas en exteriores serían enfocadas desde un nivel más cercano al suelo, cortando cualquier referencia a los rascacielos de la ciudad, tan característicos del cielo neoyorquino.
Tras diez temporadas y con una audiencia de más de 65 millones de espectadores, Friends llegó a su final en mayo de 2004.
How I Met Your Sitcoms
La última gran serie de amigos neoyorquinos salió de la cabeza de Craig Thomas (Futurama, Oliver Beene) y Carter Bays en 2005, y cuenta la historia de Ted Mosby, un padre de familia que, mediante flashbacks, le cuenta a sus hijos la historia de cómo conoció a su madre. Dicho relato se compone de los vaivenes cotidianos de la juventud de este arquitecto neoyorquino y sus amigos: la eterna pareja compuesta por Marshall y Lily, la periodista canadiense Robin Sherbatsky y el eterno soltero Barney Stinson.
How I Met Your Mother es la primer serie globalmente exitosa que transcurre en la Nueva York pos 9/11, pos Bush, pos Obama y tantos pos más. Esto genera un cambio significativo en el relato que construye, y dispara varias puntas interesantes para analizar. ¿Cuál es la raíz de argumentos como los de Seinfeld y Friends, tan esquivos a debates cuanto menos significativos en la agenda de las décadas en las que más auge cobraron ambas series, los ’90 y los ’00 respectivamente?, ¿How I Met Your Mother logró despegarse de tales paralelismos, finalizando la historia a mediados de la década del 2010?
Haaaaave you met the nineties?
A finales de los ochenta, y con el muro de Berlín, cayeron los grandes relatos. Es bien sabido que el género sit-com (comedia de situaciones) nunca trató temas complejos. A la hora de ver un buen show televisivo para relajar no le pedimos al guión citas de Fenomenología del espíritu de Hegel. Sin embargo, la unipolaridad del mundo con la prevalencia de los valores del capitalismo más salvaje generó una ruptura en la forma de construir un discurso. Seinfeld planteó, a través de los personajes y la forma de llevar adelante su vida, un cinismo pocas veces visto en las series precedentes. Prueba de esto es el último capítulo de la serie, The Finale (S09E23/24), en el que los cuatro personajes principales son llevados a juicio como consecuencia de cada uno de los actos en los que pusieron su cínica individualidad por encima de diferentes componentes de la sociedad. Así es como en el episodio desfila cada una de las personas a las que el egocentrismo de Jerry, George, Elaine y Cosmo perjudicó de una u otra manera. La sociedad como víctima de la sociedad.
Friends fue heredera de esta tradición. En su ensayo “I’ll be there for you – the meanings and consequences of 9/11 in Friends”, el doctor en antropología social Luke Howie describe a la serie como un oasis necesario para los neoyorquinos luego de un hecho tal como el atentado a las Torres Gemelas. Citando a Zizek, coloca al New York de Friends como un desierto de lo real.
Entonces, ¿Cómo se despega How I Met… de esta caracterización? Con ocho temporadas y el final a nuestras espaldas, pudimos ver que la serie enfrenta ciertos tabúes, o modos de encarar una realidad distinta, de otra manera: la imposibilidad de tener hijos de Robin contrasta con la de Mónica. Mientras que esta última consigue alcanzar el estereotipo de familia norteamericana mediante una adopción sin dudas ausente de trámites burocráticos, la canadiense opta por seguir el camino de la soltería y la construcción de una carrera como periodista mundial. En Friends los personajes principales no sufren la pérdida de un familiar directo. En HIMYM un episodio (Bad News (S06E13) entero nos enfrenta con la muerte del padre de Marshall. Tal vez lo más significativo es el final de la serie centrada en la historia de Ted Mosby. A todos nos sorprendió el protagonista tuviera que afrontar la muerte de la musa que lo inspiró a contarnos una historia que duró 9 años televisivos y 25 mosbyanos. Esto sin dejar de mencionar que en un mismo capítulo doble (Last Forever S09E23-24) los 13 millones de espectadores (cifra nada despreciable en una era donde la televisión no juega un rol tan predominante como lo hacía cuando Seinfeld y Friends estaban al aire) fuimos testigos de un divorcio por demás inesperado y del paternato-en-soltería de quizá uno de los personajes más misóginos de la ficción, como lo es Barney Stinson. Estas cuestiones, en apariencia menores en una audiencia que pudo disfrutar Okupas hace ya casi 15 años, son significativas en un subgénero tal como la sitcom neoyorquina.
El final How I Met Your Mother, a pesar de haber sido criticado de forma tal que obligó a los productores a incluir un final alternativo en el DVD de la octava temporada, próximo a salir, es un retrato de época en la que los pilares argumentales de las series cambiaron. Así como historias de shows serios como Breaking Bad o House of Cards no cuentan con buenos y malos, la serie craneada por Craig Thomas ofrece una nueva manera de abordar resoluciones sin la necesidad de apuntar la cámara un poco más abajo para evitar ver los grises del cielo neoyorquino.
Ivan Soler – @vansoler
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