Batalla de Ideas

9 abril, 2014

La ecuación que modificó el escenario paritario

Por Patricio Klimezuk. En los últimos días, una serie de gremios importantes cerraron incrementos salariales cuyo porcentaje ronda entre el 27% y el 29%. De la espera para examinar el escenario por parte del gobierno y los sindicatos a una maratón de acuerdos: ¿Qué paso en el medio?

Por Patricio Klimezuk. En los últimos días, una serie de gremios importantes cerraron incrementos salariales cuyo porcentaje ronda entre el 27% y el 29%. De la espera para examinar el escenario por parte del gobierno y los sindicatos a una maratón de acuerdos: ¿Qué paso en el medio?

 

En los primeros meses del año, en los que la inflación y la devaluación marcaban el cuadro general en el que se iban a desarrollar las negociaciones salariales del año, los gremios que debían renovar sus acuerdos optaban por sumas puentes -bancarios y aceiteros, entre ellos-. Esto era con el objetivo de esperar que la situación económica fuera más clara, lo que podía significar en los hechos un 2014 en el que el panorama fuera de incertidumbre, dificultando pactar paritarias.

Sin embargo, luego de que la inflación se desacelerara -aunque continúa en cifras que si se anualizan superan por largo el 30%- y que se estabilizara en 8 pesos la paridad cambiaria con el dólar, en la práctica se dio un escenario económico que parece más controlado. En ese contexto comenzaron a firmarse una serie de acuerdos salariales que involucran a algunos de los principales sindicatos nacionales.

Los trabajadores de la construcción, representados por la UOCRA, alcanzaron a fines de marzo un aumento de 15% para abril y 10% acumulativo en julio, que completa un 26,5%, pero incorporándose al básico una suma no remunerativa de 1200 pesos otorgada durante 2013, elevando la suba por encima del 29%. Por su parte, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras empresarias del sector firmaron una mejora salarial del 26,5% en dos tramos acumulativos de 15% y 10% en abril y julio con una salvedad: en la categoría de operario, la más baja, se incorporan los 1400 pesos no remunerativos que se habían pactado en la paritaria pasada, por lo cual el alza para esos trabajadores es del 29,5%. Otros gremios “grandes” como comercio y bancarios cerraron con números similares.

La novedad de esas paritarias que se van cerrando a un ritmo frenético es el número final que logran los gremios, que se ubica entre un 5% y un 7% por encima de la pauta que deslizó en su momento el gobierno nacional, que ni siquiera con la estabilización económica que mencionábamos antes (y cuya continuidad depende de un conjunto de factores que impiden augurar su permanencia en el tiempo) pudo lograr su cometido. La gran pregunta es por qué.

Son dos las variables que cambiaron esa ecuación que año a año son las negociaciones salariales: la principal, que derribó por completo el techo buscado e impulsado por el gobierno, fue el paro docente, cuyo epicentro se centró en la provincia de Buenos Aires, dónde los docentes llevaron adelante el paro más largo del que se tenga recuerdo en los últimos años. Fueron 17 días en los que los maestros no asistieron a los establecimientos, en una medida de fuerza histórica que sin ninguna dudas tuvo un respaldo absoluto en las bases, sin el cual muy difícilmente podría haberse sostenido un paro semejante. Además logró una simpatía popular que se consiguió por un trabajo metódico y sistemático de todos los trabajadores de la educación.

Más allá del número final de la negociación, que llevó el salario inicial en esa provincia a los cinco mil pesos, lo que sigue siendo bajo y escaso en términos de lo necesario para vivir, el acuerdo alcanzado luego de semejante lucha deja un saldo alto. Puntualmente en el plano organizativo, de la acumulación de fuerzas y de la instalación de temas por fuera de los estrictamente salariales.

Los docentes cerraron su acuerdo en la provincia de Buenos Aires en una escala de incrementos que van desde los 30 a los 38 puntos porcentuales, lo que a su vez destrabó la paritaria nacional, que paso del 22%, con dos cuotas extras atadas al presentismo y a 18 meses, a una suba de alrededor del 29% y a 12 meses.

Pero la respuesta a la gran pregunta estaría incompleta de no incorporarse otra de las variables que aceleraron los acuerdos: el paro convocado por 3 centrales de trabajadores para el próximo jueves 10 de abril.

Si la paritaria docente quebró el techo salarial e incrementó los números generales de todas las negociaciones de 5 a 7 puntos, la convocatoria al paro, que sería el segundo de magnitudes considerables durante las administraciones kirchneristas (el anterior fue el 20 de noviembre de 2012), fue lo que impulso al Ejecutivo nacional a “apurar” a los sindicatos afines y a sus respectivas cámaras empresarias a alcanzar cierres paritarios en el orden de lo conseguido por los maestros.

La búsqueda es una obviedad: desinflar el paro de la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanca y la CTA Micheli. Además porque lo han tomado como propio otros sectores que no se encuentran enrolados o bajo el ala de esos convocantes, lo que fortalece la perspectiva de que el jueves se hará sentir con fuerza la medida.

Si una de las grandes preguntas de comienzos de este año, que tenía que ver con el número, los plazos y los sectores que podrían quebrar las pretensiones gubernamentales y patronales han sido contestadas por la realidad, de cara al futuro queda la duda de si esos números y plazos podrán satisfacer a los sindicatos que hoy están más alejados del oficialismo y si ante una negativa a aceptar los mismos podrán seguir el camino de los docentes.

 

@Klimenza

Delegado de la Comisión Gremial Interna y delegado paritario de la Agencia Télam

Candidato a secretario Adjunto de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires

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