7 abril, 2014
“Una mujer que rompe el silencio del aborto encuentra más compañía”
Las palabras son de Pilar Escalante, una de las integrantes de Socorristas en Red de Rosario. El espacio ofrece acompañamiento en abortos con pastillas y funciona a partir de una línea telefónica autogestionada. Sororidades que atentan contra el silencio, la hipocresía y el negocio del aborto clandestino.

Las palabras son de Pilar Escalante, una de las integrantes de Socorristas en Red de Rosario. El espacio ofrece acompañamiento en abortos con pastillas y funciona a partir de una línea telefónica autogestionada. Hermandades feministas que atentan contra el silencio, la hipocresía y el negocio del aborto clandestino.
Socorristas en Red es una coordinación nacional que realiza acompañamientos en abortos con pastillas. Está integrada por distintas organizaciones y grupos que, a su vez, forman parte de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La iniciativa nació en Neuquén en manos de La Revuelta y hace dos años que el dispositivo también funciona en Rosario.
La línea (0341)156146625 trabaja en forma autogestionada y con las colaboraciones solidarias de quienes hagan una recarga. En Rosario, militantes de Malasjuntas, del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional y de Marea Popular, son las encargadas de atender las consultas. Pilar Escalante es una de ellas. En una charla con Notas, señaló que reciben dos o tres casos nuevos por semana, cifra que crece año a año. Las edades van desde los 14 hasta los 45 años, con situaciones socioeconómicas y razones variadas.
-Contanos cómo funciona Socorristas.
-El dispositivo trabaja a través de la línea telefónica a la cual se pueden comunicar mujeres que necesitan interrumpir un embarazo. Ante eso nosotras nos juntamos con estas mujeres para poder, por un lado, llevar un recolección de datos bastante sistemática que nos permita generar información veraz sobre los abortos con misoprostol; y por otro lado, para tener una entrevista presencial que genere otro tipo de espacio. Para nosotras es muy importante no sólo dar información para que esa mujer no corra ningún riesgo, sino poder hacer un acompañamiento cotidiano de ese proceso y generar lazos de sororidad, de solidaridad entre mujeres.
Después, la mujer interrumpe el embarazo en su casa. Todo el tiempo estamos comunicadas. Una vez que termina el proceso, que se hace los análisis para estar tranquila de que está todo bien, nos volvemos a juntar para poder hacer una devolución.
-En ese proceso, ¿la mujer suele estar acompañada?
-Hay mujeres a quienes no las acompaña nadie, otras que cuentan con sus parejas, familiares, amigas. Lo que nos hemos encontrado es que una vez que una mujer rompe el cerco de silencio que hay alrededor del aborto, encuentra mucha más compañía. Es mucho mayor el tabú y el miedo que lo que nos encontramos a la hora de la realidad.
-¿Y el varón?
-Hay varones que acompañan, que se animan a reflexionar, no es la mayoría pero los hay. Hay varones que son obstaculizadores, otros que saben de la situación pero se desligan. Lo que pasa es que todavía hay una responsabilización social de la anticoncepción puesta en la mujer.
-¿Han tenido situaciones en las que haya surgido la necesidad de otro tipo de contención?
-Al abrir un espacio de diálogo, surgen muchas cosas como situaciones de violencia relacionadas o no con la pareja sexual. Algo que suele surgir es la cuestión de la educación sexual, de empoderarnos para decidir sobre nuestros cuerpos. Nos encontramos con mujeres que no han problematizado la insistencia de los varones por no usar preservativo, de tener relaciones sin cuidarse o cuidándose de una manera que la decide el varón.
-¿Qué hacen con la información que van recolectando?
-Ahora venimos de la tercera plenaria nacional de Socorristas en Red que se realizó en Neuquén. Justamente lo que hicimos fue cambiar la planilla en la que vamos poniendo los datos para lograr una sistematización más unificada a nivel nacional. Es un trabajo bastante arduo, pero uno de los objetivos es dar información confiable, de primera mano, de lo que es hoy abortar con misoprostol en Argentina.
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Para un aborto con pastillas se utiliza el misoprostol (cuyo nombre comercial es oxaprost). Hay tres métodos para utilizarlo: vaginal, sublingual y bucal. En los tres casos las aplicaciones son tres, de cuatro pastillas por vez, aunque varía el lapso entre cada aplicación.
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-¿Cómo consiguen las pastillas?
-Sabemos que hay farmacias en Rosario donde se consiguen sin receta y hay médicos que están dispuestos a recetarlas pero no a acompañar todo el proceso. Después, lo que para nosotras es el mejor modo es con médicos que realizan abortos legales en sus consultorios.
Hoy por hoy, la ley argentina reconoce que una mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo si está en riesgo su salud. Si entendemos a la salud de manera integral, una mujer que no desea un embarazo se está poniendo en riesgo y obligarla a pasar por un proceso de nueve meses, que puede tener múltiples complicaciones, es obligarla a pasar por un proceso de tortura, según los organismos internacionales. Entonces, esos médicos entienden que una mujer que quiere una interrupción de embarazo, tiene derecho a hacerla. Con un consentimiento informado, como el de cualquier procedimiento, se pide que se provea a la mujer de las pastillas. Ella puede hacer el proceso contenida dentro del ámbito de la salud pública.
De todos modos, esto sigue dependiendo del caso a caso. Por eso sostenemos la importancia de reclamar una ley que garantice este derecho para todas las mujeres. Es necesario y urgente la promulgación de la ley de IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo). Exigimos a los responsables políticos, a quienes están en el Congreso nacional, que la presenten, que la voten y que salga. Este año la Campaña (por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito) la vuelve a presentar por cuarta vez.
-¿Sabés cómo está resultando la experiencia en Uruguay tras la legalización del aborto en 2012?
-Una de las cosas que nosotras hemos aprendido de la experiencia uruguaya es que ellas primero, antes de la promulgación de la ley, fueron generando espacios amigables de consultorías pre y post aborto en los hospitales. Esa es una de las cosas con las cuales trabajamos, empezar a tender lazos y espacios de confluencia con trabajadores de la salud que permitan ir abrir cuñas que vayan estableciendo espacios de prefiguración de lo que queremos, que garanticen los derechos de las mujeres. Sabemos que en cuanto salga la ley no va a ser mágico, sino que vamos a necesitar gran apoyo de los trabajadores de la salud.
-Estaba pensando justamente en los médicos aliados, ¿cómo es la situación en Rosario?
-Una de las particularidades en Rosario es que participan médicos y médicas de la salud pública, que se han formado junto a nosotras, porque lo que también es cierto es que la carrera de medicina no brinda esta información. Y el aborto con misoprostol les ha cambiado mucho la perspectiva de cómo pensar su intervención en la salud de la mujer, poder empezar a desarmar ese lugar de poder del saber biomédico y poder instalar en sus consultorios un espacio donde los saberes de las mujeres se escuchen, donde las decisiones sobre los cuerpos y la salud las tomen las protagonistas.
-¿Tenés alguna cifra de cuánto está costando un aborto en el circuito clandestino?
-Para que te des una idea, un aborto en el circuito clandestino privado cuesta entre 8 y 10.000 pesos. Mientras que una caja de misoprostol está costando entre 450 y 500 pesos, y está sobrepreciado porque se sabe que se compra muchas veces para abortos; lo cual nos muestra los intereses que entran en juego a la hora de sostener la clandestinidad del aborto.
Hay un negocio del aborto clandestino muy grande, donde juega no sólo el dinero sino también el poder. Frente a la mujer hay una imposición de condiciones tan grande que realmente es muy difícil de cambiar. Por eso el misoprostol le dio poder decisión a la mujer. Nos dio a las mujeres la posibilidad de decidir cómo abortamos, cuándo, con quiénes. Destruye una relación perversa que se había instalado entre la institución médica y las mujeres. Destruye el poder biomédico, lo cambia de lugar.
-Es revolucionario…
-Sí, claro que lo es.
Betiana Spadillero, desde Rosario
Más información
http://socorristasenred.blogspot.com.ar/
http://www.abortolegal.com.ar/
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