Cultura

3 abril, 2014

«Yo nena, yo princesa»: Lulú, una niña trans

Dirigido por María Aramburú y la psicóloga Valeria Paván, el cortometraje retrata, en la voz de su mamá, la historia de la primera nena trans en recibir un Documento Nacional conforme a su identidad autopercibida. Se estrena hoy en el marco del BAFICI.

Dirigido por María Aramburú y la psicóloga Valeria Paván, el cortometraje retrata, en la voz de su mamá, la historia de la primera nena trans en recibir un Documento Nacional conforme a su identidad autopercibida. Se estrena hoy en el marco del BAFICI.

–Yo no soy un nene, soy una nena y me llamo Lulú, y si no me decís Lulú no te voy a contestar.

Gabriela Mansilla sintió que le pasaba una topadora por encima. Su hija, que asistía a salita de cuatro y que había sido anotada al momento de su nacimiento como Manuel junto a una M de “masculino“, le explicaba, con decisión, quién era en realidad.

Habían pasado dos años desde sus primeras manifestaciones y pasarían dos más hasta que el cambio lograra reconocimiento legal: recién en 2013, cumplidos los seis, Lulú se convertiría en la primera nena trans con un documento acorde a su identidad autopercibida. «Yo nena, yo princesa», de Valeria Paván y María Aramburú, documenta la experiencia e historia de la niña y su familia.

El cortometraje, que se estrena hoy a las 19.40 en el Village Recoleta, en el marco del BAFICI 2014, toma como protagonista a Gabriela, quien cuenta en primera persona el proceso que la llevó a reconocer y aceptar lo que rápidamente se convirtió en una exigencia de derechos de su hija. Gabriela llegó a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) luego de varios intentos terapéuticos fracasados –con métodos de corrección y de reafirmación del género masculino que sólo empeoraron el estado de la nena– y luego de reconocer en un documental de National Geographic la historia de su hija. Fue allí en donde conoció a la psicóloga Valeria Paván, quien le explicó lo que sucedía y le dijo: «Tenemos que dejarla ser».

Tenía 18 meses y recién empezaba a hablar cuando Lulú –por entonces Manuel– la miró a Gabriela y le dijo: «Yo nena, yo princesa».

Pasó un tiempo hasta que entendieron lo que ocurría. Mientras tanto, las terapias correctivas desprendidas de diversas consultas médicas sólo empeoraban las cosas: Lulú no dormía, lloraba y se le caía el pelo de a mechones. No quería ir al baño, no quería que la vieran, se hundía el pene hasta hacerlo desaparecer y le decía a su mamá: «¿Ves? Así quiero».

Luego de acercarse a la CHA y cuando Paván le explicó lo que en realidad sucedía, Gabriela lloró durante veinte días. Semanas más tarde le regaló a su hija un traje de princesa y una peluca de cotillón que fueron quedando rápidamente desgastados por el uso.

Así fue que decidieron comenzar el proceso de cambio: primero al interior del hogar, luego en la calle, más tarde en la escuela. Todo iba bien. El conflicto volvió cuando quisieron actualizar el DNI y, a pesar de estar contemplado por la entonces recientemente sancionada Ley de Identidad de Género, tanto el Registro de personas de la Provincia de Buenos Aires como la Asesoría de menores e incapaces del tribunal de Morón se lo negaron. Finalmente, y luego de varios recursos y dictámenes presentados por la CHA y por la Secretaría Nacional de la Niñez, el gobierno bonaerense accedió a su reclamo y rectificó la documentación de la niña.

Lulú fue la primera nena trans en acceder a un Documento de identidad acorde a su autorpercepción por vía administrativa y no judicial, tal cual lo establece la Ley.

En diálogo con Télam, Paván expresó que su historia es reparadora, porque «hubo unos papás que la pudieron escuchar». Y agregó: «Nos permitimos una escucha despatologizadora, pudimos corrernos y darle la voz a la persona que vino a contarnos su historia. Tenemos la responsabilidad de que esto se difunda, pensando en otros niños, niñas y familias que están en la misma situación».

«Yo nena, yo princesa» se proyecta hoy a las 19.40 en el Village Recoleta de Vicente López y Junín, donde volverá a presentarse el día 9 a las 15.10, y el 11 del corriente a las 16.40 en el Centro Cultural San Martín.

Carolina Rosales Zeiger – @caroerrezeta

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