Mundo Gremial

3 abril, 2014

«Hay un ataque muy grave a la libertad sindical»

David Nudelman, delegado de BAE y miembro de la agrupación gremial La naranja de prensa, denuncia ataques de una patota vinculada a los dueños de Crónica y BAE y describe el plan de lucha de los trabajadores de ambas redacciones contra los ataques a la libertad gremial.

David Nudelman, delegado de BAE y miembro de la agrupación gremial La naranja de prensa, denuncia ataques de una patota vinculada a los dueños de Crónica y BAE y describe el plan de lucha de los trabajadores de ambas redacciones contra los ataques a la libertad gremial.

 

En diálogo matinal con el programa Con el pie izquierdo, de Radio Sur, el delegado de BAE David Nudelman confirmó ataques de una patota al servicio del grupo Olmos, propietarios de BAE y de Crónica entre otros medios, contra trabajadores que estaban realizando actividades para oponerse a la unificación de ambas redacciones que impulsa la empresa.

Explica Nudelman: “Desde mediados de marzo la empresa está promoviendo un cambio de razón social. Los trabajadores de Crónica pertenecían a Editorial Sarmiento, los de BAE a BAE Negocios S.A. y ahora la empresa pretende formar una nueva empresa que se llama Aconcagua S.A. a donde pretende pasar a todo el personal de las dos empresas”. Este plan, conocido como “convergencia de redacciones” y ya rechazado por los trabajadores en diciembre, implica que el trabajador puede producir indistintamente para Crónica, BAE, Diario Show, Democracia o cualquier otro medio del grupo con lo que “se cortarían todas las fronteras entre los productos y los soportes en una suerte de flexibilidad laboral donde un no sabe dónde va a salir publicada su foto, su nota, su diseño, donde va a corregir”.

Pero además de la flexibilización, la convergencia implica una unificación de ambas redacciones en nuevas oficinas de la empresa en la calle Combate de los Pozos, pero dejando afuera tanto a los delegados como a los activistas sindicales. Esto en un contexto de grandes avances en la organización sindical de los trabajadores de prensa (hace dos años existían sólo dos comisiones internas y hoy son 28) que las patronales pretenden coartar. Dice Nudelman: “Esto es algo qu, primero Fonteveccia y ahora los Olmos, pretenden cerrar reprimiendo la actividad sindical, persiguiendo a los delegados, dejándolos afuera del trabajo, etc”.

Pese a que la empresa dice que no se trata de despidos, ya que los delegados seguirían trabajando en las antiguas redacciones (ya sin gente), lo cierto es que se está atacando la libertad de representación gremial: “En BAE resolvimos en asamblea no pasar a la nueva razón social hasta que no se garantice el paso de todos los compañeros, inclusive la representación sindical. Porque la empresa ha firmado un papel que dice que va a respetar los derechos adquiridos de los trabajadores. Pero uno de los derechos adquiridos esenciales de los trabajadores tiene que ver con la representación sindical”.

Nudelman explica que este “ataque muy grave a la libertad sindical” es una característica histórica del grupo Olmos, que debutó en el negocio editorial al comprar Crónica en 2005 “quebrando a las trompadas una asamblea entera, con patovicas, con una patota. Es un método que a esta patronal le gusta”. Esta tendencia se explica por los orígenes del grupo, que comenzaron formando una tercerizada que gerencia la obra social de metalúrgicos para expandirse luego al negocio editorial, pero manteniendo fuertes vínculos con una “burocracia sindical que está enquistada en el país y que maneja negocios muy importantes”. El delegado de BAE también destaca los vínculos del grupo con Antonio Caló, líder de la CGT oficialista, y con el propio Gobierno nacional.

Los trabajadores de Crónica y BAE ya vienen sufriendo el acoso patoteril desde hace meses, pero este martes 1 de abril un grupo que estaba pegando afiches en los que denunciaban a Raúl Olmos fue atacado por una patota, entre los que uno de los agredidos pudo identificar “a uno de los patovicas que estaba en la puerta de Combate de los Pozos, de la nueva redacción”.

Producto del ataque, Andrés Carpintero, delegado de la revista Veintitrés, recibió un golpe muy fuerte en el brazo. Nudelman anticipa que “ya se están haciendo las denuncias del caso, estamos preparando una causa para presentar en la Fiscalía”. Y agrega “no puede haber patotas en ningún lugar de trabajo y mucho menos en un medio de comunicación, donde las patronales dicen que quiere la pluralidad de voces, democratizar la palabra, pero a los palazos, con patotas, matan a la palabra”.

Finalmente informa que el plan de lucha contra la convergencia de redacciones, los ataques a la libertad sindical y las intimidaciones está siendo tomado por un plenario autoconvocado de delegados de prensa (que reúne a 99 delegados de 28 medios) y se está extendiendo por todas las redacciones: “El viernes pasado hicimos un aplauzaso en todas las redaciones, que implicó fotos de todas las redacciones contra la persecución gremial en Crónica y BAE, desde la redacción de Clarín hasta la de Tiempo Argentino, todos solidarizándose con esta movida”.

Este próximo viernes 4 de abril habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo para tratar de destrabar el conflicto. A ese respecto, concluye Nudelman: “Nosotros creemos que la solución tiene que venir de la mano del pasaje de todos los compañeros, sin discriminación sindical, tratando de ponerle un fin a esto que tiene en la incertidumbre a los trabajadores que todavía no pasamos y a los trabajadores que están allá, que han pasado sujetos a una presión”.

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