Géneros

3 abril, 2014

Basta de “un caso más”

El martes 1 de abril, más de trescientas personas de la zona sur del Conurbano se movilizaron en la localidad de Burzaco, partido de Almirante Brown para denunciar y repudiar el femicidio de Estefanía Díaz, de 30 años, quién fue asesinada por su ex pareja el 13 de marzo y murió después de una agonía de seis días en el Hospital Melendez de Adrogué.

El martes 1 de abril, más de trescientas personas de la zona sur del Conurbano se movilizaron en la localidad de Burzaco, partido de Almirante Brown para denunciar y repudiar el femicidio de Estefanía Díaz, de 30 años, quién fue asesinada por su ex pareja el 13 de marzo y murió después de una agonía de seis días en el Hospital Melendez de Adrogué.

 

La ex pareja de Estefanía, Fernando Oriolo, tenía prohibido acercarse a la vivienda de su familia, compuesta por la mujer asesinada y cuatro hijos/as menores.  Pero el odio y la idea de que esa mujer le pertenecía, hicieron que Oriolo entrara por la fuerza a la vivienda la noche del 13 de marzo y en una madrugada de terror, violara, torturara y asesinara a Estefanía, en presencia de sus hijos/as.

Lidia Diaz, madre de la joven asesinada, relató que ella misma había acompañado varias veces a Estefanía a la Comisaría de La Mujer, cita en Andrade 98 de la localidad de Burzaco, para denunciar la violencia que ella y sus hijos/as sufrían por parte de Oriolo.  En esa institución fueron nuevamente violentadas: largas esperas para tomarles la denuncia, respuestas del tipo: “Es tarde, ¿por qué no vinieron más temprano?”, y cosas por el estilo.

En la Comisaría 2° de Burzaco, el trato no fue mejor: también tuvieron largas esperas y comentarios de todo tipo respecto a la imposibilidad de hacer algo concreto para detener al agresor y proteger a la familia de Estefanía.

Como respuesta a este femicidio, el martes 1 de abril, diferentes organizaciones sociales y políticas y mujeres independientes desarrollaron  una caminata por Burzaco para señalar los límites de la atención policial y la ausencia de políticas públicas concretas y efectivas para prevenir estos hechos.  La caminata fue dolorosa, por allí había caminado Estefanía pocos días antes buscando una respuesta  que la ayudara a frenar el ciclo violento del cual había decidido salir mucho tiempo antes, separándose del padre de sus hijos/as y encarando su propia vida.  Estefanía trabajaba para mantener a sus cuatro hijos/as, era auxiliar de un Jardín de Infantes de Glew.

En la puerta de la Comisaría 2° se realizó una radio abierta, el micrófono sirvió para amplificar las voces de denuncia, reclamo y visibilización de los tantos “casos” de mujeres asesinadas, víctimas de redes de trata, víctimas de todo tipo de violencia, así como la responsabilidad de la Policía bonaerense a la hora de tomar las denuncias y actuar con celeridad, lo mismo que respecto a la ausencia de políticas integrales que protejan y den una cobertura a las mujeres violentadas.

No es bueno naturalizar los “casos” que aparecen todos los días de mujeres asesinadas por hombres de su círculo íntimo, una cada 32 horas, según el último informe de la Casa del Encuentro.  Es necesario ponerle nombre y apellido a las víctimas, poner sus rostros en las calles y no olvidarlas.  No son “un caso más”, son personas con una historia de vida, casi siempre con hijos/as, con mucho dolor, que pagaron con sus propias vidas el accionar de la cultura machista y patriarcal, pero también la falta de un Plan concreto para prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres, tal como lo plantea la Ley 26.485.  Organizaciones de mujeres, la sociedad toda, todavía espera respuestas más contundentes.

Algunas propuestas que se han hecho en distintas instancias y desde distintos lugares son la conformación de equipos de profesionales íntegramente dedicados a la temática en Hospitales, Unidades Sanitarias, Municipios, Comisarías de la Mujer, entre otros ámbitos institucionales, junto a la promoción de redes de promotoras/as de prevención en violencia de género capacitadas/os  pero con herramientas concretas para actuar podrían empezar a llenar el vacío que existe entre la denuncia y la realidad de las mujeres expuestas a tanta violencia.

 

Ivanna Rezano

Periodista, docente de Equidad de Género en la Facultad Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

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