América Latina

28 marzo, 2014

Mujica le pasa factura a Obama

El presidente de Uruguay José Mujica hizo público un pedido de devolución de favores a Barack Obama, luego de acceder a la posibilidad de recibir en su país a seis prisioneros actualmente detenidos en la cárcel de la base militar de Guantánamo. Le pidió por la libertad de los agentes cubanos presos en Estados Unidos desde hace más de quince años.

El presidente de Uruguay José Mujica hizo público un pedido de devolución de favores a Barack Obama, luego de acceder a la posibilidad de recibir en su país a seis prisioneros actualmente detenidos en la cárcel de la base militar de Guantánamo. Le pidió por la libertad de los agentes cubanos presos en Estados Unidos desde hace más de quince años.

 

El jueves de la semana pasada, durante una improvisada ronda de prensa en la que dio a conocer esta decisión del gobierno uruguayo, el mandatario dio a entender que pedirían algo a cambio: “Tampoco hago favores gratis, paso la boleta”, dijo Mujica. El último sábado en su habitual programa de radio lanzó el reclamo: “Le pedimos por favor al gobierno norteamericano que haga lo posible por los prisioneros cubanos que hace muchos años que están allí, que busque la manera de liberarlos, porque también eso es una vergüenza”.

A comienzos de esta semana, el Pepe aclaró que la predisposición a recibir a seis personas, de las más de 120 que aún están detenidas ilegalmente en Guantánamo, no está condicionada a la liberación de los antiterroristas cubanos. Uruguay no se va a arriesgar a deteriorar la buena relación bilateral ni los acuerdos comerciales que mantiene con Estados Unidos. Estos últimos autorizaron a fines de 2013 el ingreso a sus mercados de cítricos uruguayos y este año lo extendieron a carne ovina.

La Justicia estadounidense condenó con extrema severidad a los cinco agentes cubanos que realizaban inteligencia preventiva, es decir, con el objetivo de proteger a Cuba y no de atentar contra Estados Unidos. Por otro lado, el gobierno de Obama aún mantiene la prisión ilegal en Guantánamo, que alberga desde 2002 a centenares de acusados de terrorismo contra su país, privados de un juicio justo y los derechos más elementales. En julio de 2013, de 166 prisioneros, 104 se encontraban en huelga de hambre, impedida parcialmente por los militares estadounidenses con un sistema de alimentación forzosa a través de una sonda.

Cerrar la cárcel de Guantánamo es una promesa electoral de Obama, renovada cada año, hasta ahora sin avances concretos. La diplomacia estadounidense reconoció estar realizando sondeos con distintos países para que acepten alojar prisioneros en calidad de refugiados, con la condición de que estos permanezcan al menos por dos años en los respectivos territorios. Al respecto, el Ministro del Interior de Uruguay, Eduardo Bonomi, manifestó que si bien puede existir un compromiso de que los refugiados residan en su país por ese lapso de tiempo, no existe ninguna causa judicial que los obligue a quedarse.

Si Obama acuerda con el Senado estadounidense y cumple la promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo, esto no significa que darán marcha atrás con el otro costado ilegal de esta prisión. Desde 1903 Estados Unidos ocupa 117 kilómetros cuadrados en el oriente del territorio cubano. Desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, esto ocurre en contra de la expresa voluntad del pueblo y el gobierno de la isla, sin respetar las normas más básicas del derecho internacional. Con la pretensión de justificar la existencia de un alquiler, la administración del país ocupante envía anualmente por vía diplomática un cheque por 4.085 dólares, el cual es sistemáticamente rechazado por el gobierno cubano desde 1960.

La Justicia y el gobierno de Estados Unidos también se han mantenido inconmovibles ante las campañas internacionales impulsadas desde la isla por libertad de los cinco cubanos. Dos de ellos, René y Fernando González, recuperaron la libertad luego de cumplir la totalidad de sus condenas. Los tres restantes cumplen penas que van de 22 a 30 años y reclusión perpetua. Los cargos fueron “conspiración, espionaje, uso de identidad falsa y conspiración para actuar como un agente extranjero no registrado”, es decir, en ningún caso se menciona un daño efectivamente realizado, salvo el caso de Gerardo Hernández, a quien además le imputaron el delito de «conspiración para cometer asesinato» sin pruebas sólidas.

En el marco de una relación de poder ampliamente dispar, el pedido de Pepe Mujica por la libertad de los presos cubanos en medio de la discusión por los detenidos de Guantánamo, muestra el desgaste del consenso que acumula la política exterior de la potencia imperialista, en particular en materia de derechos humanos. A Estados Unidos esto no parece preocuparle. Su presidente recibió el Premio Nobel de la Paz en 2009 y tiene el ejército más poderoso del planeta.

 

Lionel Martín – @soylio

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