24 marzo, 2014
Nora Cortiñas: “La lucha sigue siendo visceral para mí”
Es co-fundadora de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora y una referente indiscutible de la lucha por los derechos humanos en nuestro país. En un nuevo 24 de Marzo, Notas dialogó con ella.

Es co-fundadora de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora y una referente indiscutible de la lucha por los derechos humanos en nuestro país. En un nuevo 24 de Marzo, Notas dialogó con ella.
Nora Morales de Cortiñas, “Norita”, es movimiento. Desde aquel 15 de abril de 1977 que cambió su vida de manera definitiva, Norita dejó su rutina familiar de esposa y costurera para salir a la calle. Esa mañana, como tantas otras, su hijo Gustavo (24 años, militante de la Juventud Peronista en la villa 31 y trabajador del INDEC) salió a trabajar pero nunca regresó. Nora comenzó su búsqueda junto a otras búsquedas, haciendo cuerpo aquella proclama fundante de las Madres pronunciada por Azucena Villaflor: “Todas por todas y todos son nuestros hijos». Desde entonces, Nora asume la lucha de forma colectiva.
En su andar y compromiso, Nora refleja aquello que decía Allende sobre los ”viejos-jóvenes”, a los que definía como quienes comprometen su vida en las luchas por los más desprotegidos, en contraposición con los jóvenes viejos, indiferentes ante el dolor ajeno. Contagia entusiasmo y juventud, aunque su DNI diga que el pasado sábado 22 cumplió 84 años. Es difícil no encontrarla en cada lucha con su pañuelo blanco llevando y trayendo solidaridades y compromisos. En la Patagonia rebelde o en los calurosos territorios de Chaco y Formosa que piden a gritos reconocimiento de las tierras para las comunidades originarias, en las manifestaciones cordilleranas contra la megaminería a cielo abierto, con el pañuelo verde sobre su cuello reivindicando el derecho de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo, abrazando las causas de los países hermanos, en todas ellas, Nora se hace presente.
Esa gigante de menos de un metro y medio, es un ejemplo de lucha, de dignidad, de consecuencia y amor, dice que “este 24 de marzo, quizá no sea como pensábamos hace unos cuantos años, porque fuimos avanzando en la lucha y hemos obtenido logros que son significativos”. Entre ellos, Norita destaca los juicios a los genocidas, “que tienen el valor de tener los testimonios de estas personas victimizadas por el terrorismo de Estado, que tienen la valentía y la solidaridad con los que quedaron en el camino de ese infierno terrible, más los abogados que los presentan de una manera irrefutable, y que hay algunos jueces, pocos, que tienen en su ideario condenar estos crímenes que se cometieron durante la dictadura”.
Notas: -¿Qué es para el pueblo argentino el 24 de marzo y qué significa que se conmemore en movilizaciones a lo largo y ancho del país?
Nora Cortiñas: Recordar esta fecha es traer a la vida y a la historia a miles y miles de detenidos desaparecidos, y de centenares de jóvenes que fueron víctimas de la apropiación ilegítima y que no conocen su verdadera identidad. Marchamos para repudiar esa dictadura cívico militar eclesiástica, para que el pueblo todo sepa que no olvidamos, que seguimos reclamando la verdad y la justicia: toda la verdad y toda la justicia. Y también es mostrar que la lucha de los que no están, o que lucharon y estuvieron presos o en el exilio, fue y sigue siendo una lucha por la igualdad en el pueblo. De miles, de millones de jóvenes que tenemos que les falta todo lo que soñaron y necesitan, como todos los seres humanos, estudiar, trabajar y tener un espacio respetado.
A eso se suma que no estamos ajenos a lo que pasa hoy y tenemos situaciones de la judicialización de la protesta, tenemos un caso que es muy paradigmático que son los trabajadores petroleros condenados con la ley antiterrorista, que repudiamos también, y que mañana y ayer y todos los días vamos a pedir que sea retirada como todas estas leyes funestas que tendemos.
Hemos tenido logros, pero al mismo tiempo tenemos que seguir bregando, porque entre medio de cada logro está el golpe de gracia que nos dan con algunas actitudes que toma el Estado. Por ejemplo, nos intentan agraviar con este nombramiento de un represor, César Milani, partícipe de lo que fue el terrorismo de Estado, que además está comprobado que participó, especialmente con casos de desaparición y tortura.
– ¿Qué otras cuestiones relacionadas con violaciones a los derechos humanos en la actualidad estarán presentes como reclamos en las calles del país este 24 de marzo?
– Reclamamos por el tema de las empresas a las que se le ha cedido terrenos que son de poblaciones indígenas, a las que se las empuja a no se sabe dónde pueden llegar, los mapuches, los qom, hostigados cada vez que piden sus tierras, con las muertes de sus integrantes de esa comunidad, de las tierras que son de ellos, ancestrales. También pedimos que se forme una auditoria para dejar de pagar la deuda que no debemos y que nos devuelvan lo que ya pagamos que no debíamos.
– Volviendo a aquellos primeros años de lucha, ¿Qué significaron para vos, esas primeras rondas de los jueves y los comienzos de Madres?
– Cuando empezamos y hasta el día de hoy yo siento algo visceral, lo sentí desde la primera vez que fui, y no fue programado con una visión política. Es político porque es por razones políticas que se llevaron a nuestros hijos y nuestras hijas, pero la acción nuestra fue espontánea y visceral, y sigue siéndolo en cierto modo para mí. Sigo esperando y empujando para que me digan qué pasó con mi hijo y con los 30 mil. Sigo exigiendo lo mismo, no negocio.
– ¿Y qué cambió de las primeras marchas hasta ahora?
– En las marchas, las primeras, éramos todos organismos, partidos políticos de izquierda, organizaciones sociales, centros de estudiantes, que daban todo su énfasis, que eran jóvenes que nos acompañaban y que hoy nos siguen acompañando. Hoy está un poco distorsionada la política porque algunos han claudicado. Gente de adentro de organismos de derechos humanos ha optado por el partidismo y la obsecuencia al gobierno de turno, podría ser este u otro también. Eso debilita la lucha, pero no oscurece lo que es la lucha de un pueblo. Mañana vamos a estar en la calle, todos, cada uno oscilará para el lugar donde se sienta más representado, pero tiene que ser sin rencores ni odios a los que no piensan igual que uno mismo. Yo aprendí en estos años que es inútil que uno se haga mala sangre porque se claudica, porque se toman actitudes de cambios de figuritas, te doy esto o te hago la estatua y te conformás. Yo no soy partidaria del canje, eso es lo que quiero dejar sentado. Estaremos caminando cada uno llevando su pancarta con lo que quiere decir. Yo quiero que en la calle nos respetemos.
– En todo este tiempo, ¿sentís que hubo algún momento que marcó un hito en la lucha por el juicio y castigo a los genocidas?
– Las sentencias de las épocas de los primeros juicios marcaron que acá se podía hacer juicios si había voluntad política. Lo que fue como un masazo fueron las sanciones de las leyes de Punto Final y Obediencia debida y los indultos. También cada cosa que logramos fue un hito. Sentimos no el sabor del éxito, porque el éxito sólo es abrazarnos a nuestros hijos que se llevaron, pero sí de respuesta de la lucha. Entonces en cada caso que conseguimos algo, nos trajo un sentimiento de que no está perdido el camino nuestro si seguimos luchando. Y cuando algo nos sale mal, cuando nos dan ese masazo, pensamos que nuestros hijos, nuestras hijas, los desaparecidos, los que fueron presos, los que estuvieron en el exilio y el pueblo entero, necesitan que no bajemos los brazos. Y nosotros nos los bajamos en tanto todos los jóvenes nos acompañen, porque esa es la fuerza y la levadura.
Erica Porris – Julia de Titto
@EriPorris – @julitadt
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.