Derechos Humanos

24 marzo, 2014

Cartita de un genocida a otro

Una mirada sobre los juicios a los militares genocidas y sus cómplices civiles y las deudas de la justicia.

Marcos Paz, 24 de Marzo de 2014

Camarada Miguel,

¿Le han llegado mis anteriores misivas? Estoy un poco inquieto con el tema de que el amigo Massot tenga que visitar los tribunales. No es recomendable que desertemos ante quienes desde sus lugares nos han defendido, soportado los embates vengativos de estos abogaduchos. Usted ya lo debe saber: estamos en desventaja. En Mendoza la facción filomarxista ha logrado procesar a funcionarios de la talla de Rolando Evaristo Carrizo Elst, Luis Francisco Miret, Guillermo Max Petra Recabarren y Otilio Ireneo Roque Romano Ruiz. Casi logramos que este último eluda este intríngulis, pero la conspiración internacional…

Y esto no podemos tolerarlo: de los nuestros han sido condenados en los últimos 30 años más de 520, en 123 juicios, de los cuales 104 han sido a partir del 2004. Claramente esto es revanchismo y no justicia.

No quiero alarmarlo, pero tal vez deberíamos contactarnos con algunos colaboradores. Pensaba en Pedro Blaquier o el juez Hooft, aunque ellos también están con dificultades. El primero se encuentra procesado por los hechos que el zurdaje llama “La Noche del Apagón” en Ledesma, provincia de Jujuy, nombre con el que se conoció a una serie de secuestros llevados a cabo en la noche del 20 y la madrugada del 21 de julio de 1976. Y el segundo sigue combatiendo en la palestra de la Justicia para que estas huestes cargadas de odio no dilapiden su carrera.

Tal vez en la Bolsa de Comercio y en algunos medios de comunicación podamos encontrar los aliados que ahora nos están faltando.

Que Dios nos acompañe,

Jaime S.

Por Victoria Silber. Es que estamos en un tiempo histórico maravilloso: los que peleamos, de a poco vamos ganando. Y esto no es para quedarnos quietos, sino para avanzar.

En el último informe de marzo de este año de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Procuraduría General de la Nación, los datos sobre el camino recorrido son categóricos: 1135 represores están procesados y más de 500 tienen condena firme.

Del mismo informe se desprende también que ya no son sólo milicos es quienes les llega la hora, sino también “civiles”: funcionarios judiciales, gubernamentales y empresarios. En diciembre del año pasado Jaime Lamont Smart, quien era secretario de gobierno de la Provincia de Buenos Aires en la dictadura, recibió cadena perpetua por haber sido considerado por el tribunal encabezado por el juez Rozanski partícipe necesario para el funcionamiento del llamado “Cirucito Camps”.

Vale recordar que en diciembre de 2009 Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe que condenó al ex juez federal Victor Brusa a la pena de 21 años de prisión, como autor del delito de apremios ilegales, en perjuicio de Anatilde Bugna, Stella Vallejos, Ana María Cámara, José Ernesto Schulman, Alba Alicia Sánchez, Daniel Oscar García, Mariano Eusebio Ariel Millán y Roberto Cepeda.

También empiezan a asomar lentamente las querellas contra los cómplices económicos de los genocidas: causas en las que se investiga las responsabilidad en el secuestro y desaparición de trabajadores y miembro de comisiones internas por parte de los directorios de empresas como Ford, Acindar, la Veloz del Norte, Fiat, Molinos Río de La Plata comienzan a formar parte de la agenda judicial.

En lo que respecta al año 2014 serán juzgadas al menos otras 32 personas más por los casos de 185 víctimas, que son aquellas imputadas en las 6 causas que ya tienen fecha de juicio programada.

Por todo esto es que es necesario no dar ni un paso atrás. Porque todavía quedan pendientes dilucidar los miles de hilos que los Terroristas de Estado tejieron para construir su propia impunidad. Hay que avanzar en la unificación de las causas judiciales, hay que avanzar en el juzgamiento en los cómplices económicos.

Es preciso avanzar.

Así no tenemos que seguir escuchando de boca de los genocidas sus putrefactas verdades. Así no tenemos que juzgar una y otra vez a Etchecolatz, Videla y Menéndez, revolviendo la mierda en los corazones de los compañeros; así no tenemos que quedarnos con el mal trago de que un viejito represor murió con la información de dónde están Clara Anahí y los 400 nietos que faltan encontrar. Así no tenemos la espina de que sus últimos años lo pasan en ‘camarotes’ vip o tranquilitos en su casa. Así, nunca más tenemos que fumarnos el sapo de Milani.
@VicSilber

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