1 febrero, 2019
Salvatierra: «Bolivia demuestra que la izquierda puede tener buenos indicadores económicos»
Segunda parte de la entrevista con Adriana Salvatierra, la mujer más joven en ocupar el cargo de presidenta de la Cámara de Senadores del Estado Plurinacional de Bolivia, quien días atrás recibió a Notas en su despacho para un diálogo profundo sobre la situación del país vecino.

Segunda parte de la entrevista con Adriana Salvatierra, la mujer más joven en ocupar el cargo de presidenta de la Cámara de Senadores del Estado Plurinacional de Bolivia, quien días atrás recibió a Notas en su despacho para un diálogo profundo sobre la situación del país vecino.
– ¿Cuál es la importancia que tiene Bolivia en este contexto de ofensiva conservadora a nivel continental?
– Los pueblos indígenas del Perú miran hacia Bolivia y ven futuro. El ejemplo boliviano favoreció el avance de la izquierda en Chile y en Perú con resultados electorales importantes, casi un cuarto del electorado. En Colombia en una segunda vuelta. El vice [de Bolivia, Álvaro García Linera], en un balance del 2017 dice que las tensiones no pueden ser explicadas como una sola línea donde los proyectos de izquierda o de derecha presionan hacia un lado o hacia otro. En este momento, el ejemplo boliviano se convierte en un centro gravitacional que demuestra que la izquierda puede tener buenos indicadores económicos, reconocer a los pueblos indígenas sin interpelarse la unidad del Estado, y democratizar la participación de mujeres y jóvenes.
Bolivia tiene como desafío plantearse las relaciones internacionales en dos sentidos. Se debe comprender que en una economía abierta necesitás negociar los precios del gas con Argentina y con Brasil, pero teniendo en claro que al momento de las relaciones internacionales tus compañeros quizás no están en ejercicio de gobierno. Bolivia logró contribuir a eso con muchos eventos internacionales, proponiendo que las relaciones internacionales ya no sean sólo de Estado a Estado, sino también entre pueblos hermanos. Con este peso gravitacional Bolivia logró influenciar al resto del continente, pero también tiene el deber de sostenerse para que una nueva oleada de movimientos sociales logre nuevamente tomar el Estado y volver a un tiempo de sincronización de gobiernos de izquierda.
– Si tuvieras que mencionar tres virtudes y tres limitaciones de estos trece años de gobierno, ¿cuáles serían?
– Primera virtud: Bolivia es considerada el milagro económico de América Latina. Era un país al que no le tenían esperanza los organismos internacionales, que estaba siendo desangrado por las transnacionales. Era un pueblo sin autoestima, y hoy tenemos un país absolutamente diferente.
Para mí no es un milagro sino producto de una decisión de un proyecto político, de lucha y unidad del pueblo. En el año 2000, con el 60% de la población hundida en la pobreza, teníamos una proyección que indicaba que para el año 2008 el 80% de la población iba a ser pobre si no se cambiaba el modelo económico. Cuando Evo Morales llegó al gobierno en 2006 logró reducir las cifras a la mitad. La pobreza extrema se redujo del 38% al 15%. En el último año fueron dos puntos más y se proyecta erradicarla totalmente hacia el 2025. El salario mínimo, que antes era de 440 bolivianos (55 dólares), hoy está en 2060 bolivianos (300 dólares).
El segundo pilar más fuerte es la democratización, en dos vertientes: riqueza y participación. Logramos que haya una reducción drástica de la pobreza extrema. Es muy fácil a veces hablar de porcentajes, pero a los a las cifras frías hay que ponerles rostro de gente, que ahora no se acuesta a dormir con el estómago vacío, puede asistir a la escuela, tiene un carnet de identidad. Hasta eso era un cambio revolucionario hace trece años. La población estaba alrededor de los ocho millones en el 2005 y el padrón electoral era de 3,5 millones. ¿Cómo puede casi duplicarse el padrón electoral a 6,4 millones mientras la población pasó de 8 a 11 millones de habitantes? Y democratización también es la participación de jóvenes, mujeres, indígenas y campesinos.
Una tercera virtud es el carácter del proceso. En trece años no hemos cambiado, en buen sentido. No nos alejamos de nuestros principios. El pasado 22 de enero pudieron verse, en el desfile por los diez años del Estado Plurinacional, a indígenas y trabajadores de todas partes del país marchando. ¿Por qué esos sectores en trece años no han abandonado al gobierno de Evo Morales? Porque sigue representando las aspiraciones de una vida digna para el pueblo boliviano. Porque en trece años el trabajó codo a codo con los movimientos sociales, no cambió su esencia y tampoco la del proceso de cambio. Con obvias cosas que mejorar, por supuesto. Pero en ningún momento nos alejamos de nuestros principios y de nuestro compromiso con los más humildes de Bolivia.
Tres elementos para observar y mejorar: uno de ellos es la corrupción en toda la administración pública. ¿Cómo dar mensajes radicales de lucha contra la corrupción? El liderazgo del Presidente continúa firme porque nunca van a poder acusarlo de estar involucrado en casos de corrupción. Esa es una virtud que nosotros tenemos: nuestro líder es incuestionable en términos éticos. Pero así de incuestionable debe ser nuestro partido, el MAS. Tenemos el enorme desafío de volver a ser la vanguardia moral de este proceso de cambio.
– El Vicepresidente Álvaro García Linera plantea que los procesos de cambio deben impulsarse tanto desde el estado como desde la sociedad organizada. ¿Cuál es, luego de trece años, el rol de los movimientos sociales?
– Todavía continúa siendo protagónico. Las grandes confederaciones de trabajadores y de campesinos no se han declarado abiertamente partidarias de otra candidatura. Todavía un 22 de enero, con todo el sacrificio que implica viajar más de 17 horas desde distintos rincones del país, se ve a los pueblos indígenas y a los más pobres llegar a La Paz a decirle a Evo Morales “acá estamos con vos”. Porque en trece años ellos continúan sintiéndose los dueños legítimos de este proceso, ocupando un rol protagónico porque las políticas públicas se siguen planteando en torno a los más excluidos.
Evidentemente ya no tenés un proceso constituyente que se convirtió en un factor de movilización. El vicepresidente dice que es muy difícil mantener la movilización permanente en un pueblo. La cosa es por oleadas. A veces hay procesos de participación que decantan en una transformación estructural del Estado y eso tiende progresivamente a aplacarse hasta que vuelva una nueva oleada. Eso es normal. Los trabajadores no todo el tiempo van a estar movilizados. Necesitan trabajar, llevar el pan al hogar. Pero sin duda alguna ellos continúan teniendo un rol protagónico. Ahora bien, los movimientos sociales tienen que discutir nuevamente lo universal y ya no lo sectorial. El campesino del 2005 se movilizaba y votó por Evo Morales porque la agenda de Evo no era solamente la de los campesinos, sino la de Bolivia. Era la agenda de la nacionalización, de la Asamblea Constituyente, de la industrialización. Tuvieron demandas que supieron universalizar y legitimar en el pueblo. Necesitamos continuar siendo, no sólo desde el gobierno sino desde los movimientos sociales, esos productores de consignas que logren ser universalizadas en el resto de la población y no sólo con los defensores del proceso.
De los principales ejes de gobierno que se propone el MAS en la agenda 2020-2025, el primero de ellos es no abandonar a los más humildes. Vamos a ser consecuentes con ello e implica como un pilar fundamental la erradicación de la pobreza. Otra bandera muy importante va a ser para nosotros el Sistema Único de Salud, que puede convertirse en una agenda movilizadora, ya que va a abarcar casi al 50% de la población boliviana que no está asegurada y que tiene conflictos muy serios de acceso a la salud. Hay disputas de clase en medio de ello. Tendremos una disputa con los profesionales médicos muy fuerte, y eso puede convertirse en una gran agenda de movilización, en una bandera que nuevamente nos logre cohesionar a todos. Tenemos que saber administrarla y construirla para lograr una sensibilidad al respecto.
Desde La Plaz, Manuel Díaz – @GringoManu y Mateo Munin Prado.
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