El gobierno, con la mira en el Ministerio de Ciencia

La noticia, que apareció publicada sin firma en el portal La Política Online el fin de semana, anuncia la fusión de la cartera de Ciencia como secretaría del Ministerio de Educación, tras las elecciones. En la nota no hay  fuentes ni mayores precisiones, pero el campo científico ya está en guardia. Su fundamento no es un trascendido periodístico, sino datos.

En principio no hay datos oficiales sobre la evolución presupuestaria de la gestión de Cambiemos para el área de Ciencia. Notas dialogó con Mariela Díaz, socióloga, doctora en ciencias sociales de la UBA, becaria postdoctoral del CONICET en el área de políticas públicas e integrante la Red Federal de Afectados por el recorte en Ciencia, quien se refirió a esta situación como “artesanal”: “El gobierno no viene dando datos oficiales, también lo hace con el INDEC, es una falta de datos estadísticos general”. Este “apagón” informativo coincide con el recorte del 32,5% en la asignación de recursos de este año al sector de Ciencia y Tecnología.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación fue creado en diciembre de 2007, como un organismo público, dependiente del Poder Ejecutivo Nacional.

Los números

En el informe elaborado por Fernando Stefani, vicedirector del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION) del CONICET, se analiza el escenario presupuestario 2017, donde el panorama refleja la dirección política de la gestión Cambiemos.  Allí se destaca que “tras alcanzar el récord histórico de 1350 millones USD en 2014, “en 2016 se redujo el presupuesto al nivel de 2012, y en 2017 se apunta a reducirlo aún más, llevándolo al nivel de 2011 (750 millones USD)”.

Esa reducción llevó el presupuesto nacional dedicado a MINCYT + CONICET + CONAE de 0,8 %, en 2016 a un mínimo histórico de 0,59 %, en 2017” afirma el estudio.

Sin embargo, de las tres entidades, fue el Ministerio de Ciencia el que recibió el impacto más marcado por el recorte. En su análisis se destaca que  mientras el CONICET y la CONAE mantuvieron su participación en el porcentaje del presupuesto nacional, lo asignado al MINCyT “ha sufrido una disminución sistemática desde 2015”, haciendo que, en 2017 caiga “a un nivel mínimo histórico sin precedentes”.

Es que si se compara con su récord histórico en 2014 (450 millones USD), la cartera de Ciencia, en 2017, sufrió una caída del 70%, estimativamente, en sus partidas.

“Esto ha puesto en riesgo la continuidad de programas científico-tecnológicos impulsados por el MINCYT, y contradice cualquier política científica de Estado y los objetivos de desarrollo de una economía basada en el conocimiento”, concluye Stefani.

En otro informe elaborado por la Mesa sobre Innovación, Tecnología e Investigación (MITI) se concluye que, para que el área de Ciencia y Tecnología mantenga la misma capacidad económica que 2016, y para que funcionen con normalidad, este año, sus organismos y programas científico-tecnológicos, la Ley de Presupuesto 2017, debería haber contemplado un 21% más de fondos del que se aprobó. Y, agrega, que para sostener el crecimiento del área a los niveles de años anteriores haría falta incrementar el presupuesto 2017 en un 27%.

En ese trabajo queda reflejado, además, en coincidencia con el informe de Stefani, que si se desglosa la distribución del presupuesto según los organismos y entes pertenecientes a Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Ciencia, detrás de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica es la entidad más afectada por el recorte. Su presupuesto cayó un 38,4% en 2017, en comparación con el año anterior.

Por último el informe de la MITI concluye que “la política científica y tecnológica vuelve adquirir un carácter defensivo, con eje en lo presupuestario, donde se regeneran las condiciones para la “fuga de cerebros””.

Las voces de alerta

Notas habló con Fernando Peirano, ex subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del MinCyT, quien le dio verosimilitud a la noticia: “Marcos Peña y la jefatura de gabinete de ministros deberían responder”.

Antes, en redes sociales, el ex funcionario manifestó que “la falta de iniciativas, tras dos años de gobierno, terminan convirtiendo a esta cartera en una ‘victima fácil’ para implementar el ajuste del gasto público y achicar el Estado. Un Ministerio, en este contexto, es derrochar recursos”.

Para cerrar, el ex funcionario instó a resistir la medida: “No sorprende, lamentablemente, pero esperemos tener la fuerza para que sea una decisión políticamente muy costosa. Que la movilización y el reclamo cambie la trayectoria del golpe que se avecina”.

Por otra parte Juan Manuel Sueiro, secretario general adjunto de ATE Capital,  le contó a este medio que “se habla de fusión de los ministerios de Ciencia y Educación. Esto va a hacer que las dependencias de Ciencia se desjerarquicen, pasen a otra cartera, y después se solicite crédito externo en función de la reducción del gasto público, presentando este tipo de propuestas de achicamiento del Estado”.

Sueiro cerró manifestando que “con estas medidas se desarticulan las políticas predefinidas de Ciencia, los planes y programas estratégicos trianuales, y se precariza el empleo”.

Por otro lado, desde ATE Conicet, la gremial que nuclea a parte de los trabajadores y trabajadoras de Ciencia, ya alertaron el lunes a los empleados sobre esa posibilidad.

Además, fuentes internas al MINCyT confiaron a Notas que la fusión de ambos ministerios es una alternativa “en evaluación” del gobierno, “incluso antes de las elecciones”.
Por último, el propio Fernando Stefani expresó que la posibilidad de cerrar el Ministerio de Ciencia, creado en 2008: “Es un temor existente desde que ganó Cambiemos”, afirmó.

Eduardo Porto – @PortoEdu