Nacionales

29 mayo, 2017

Jorge Faurie, el nuevo canciller que Ruckauf echó por causas de corrupción

La renuncia de Susana Malcorra como ministra de Relaciones Exteriores de Argentina anunciada este lunes abrió camino a la Cancillería al primer diplomático de carrera que la dirigirá en 28 años. Jorge Faurie, hasta ahora embajador en Francia, asumirá el cargo con un prontuario polémico.

La renuncia de Susana Malcorra como ministra de Relaciones Exteriores de Argentina anunciada este lunes abrió camino a la Cancillería al primer diplomático de carrera que la dirigirá en 28 años. Jorge Faurie, hasta ahora embajador en Francia, asumirá el cargo con un prontuario polémico.

Susana Ruiz Cerruti había sido la última titular del Ministerio que había realizado carrera diplomática y ocupó ese lugar durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983 – 1989). Sin embargo, el supuesto perfil «técnico» del nuevo funcionario no lo exime de algunos puntos grises en su currículum.

El más destacado fue su desplazamiento como vicecanciller en 2002 por parte de Carlos Ruckauf, quién ejercía como ministro de Exteriores del presidente Eduardo Duhalde.

Según un artículo del diario Clarín del 16 de agosto de aquel año, Faurie fue «la primera víctima política del escándalo por las cuentas menemistas en Suiza». Es que el diplomático había sido jefe de protocolo del gobierno de Carlos Saúl Menem, del propio Ruckauf cuando fue gobernador bonaerense y tenía vínculos con el secretario presidencial Ramón Hernández.

Con este último había conformado la empresa Costes S.R.L. que nunca fue declarada hasta que lo denunció la Oficina Anticorrupción lo cual derivó en su desplazamiento como vicecanciller. Faurie le había habilitado además a Hernández un pasaporte diplomático en 1999 mediante el cual podía ingresar y salir del país sin controles.

Este tipo de documentación debe ser devuelta cuando se pierde el cargo público, sin embargo el secretario de Menem nunca lo entregó. Durante los 2000 estuvo investigado en una causa de corrupción que no prosperó -la que menciona el artículo de Clarín– por una cuenta irregular en Suiza. De hecho el diario La Nación se refería a Hernández en 2002 como «testaferro» del ex presidente riojano.

La vinculación con este oscuro personaje llevó a que Ruckauf le diera al nuevo ministro de Macri una «salida elegante» en términos del gran diario argentino. Así fue como llegó su designación como embajador en Portugal en donde permaneció hasta 2013.

Entre 2013 y 2015 Faurie fue asesor en temas internacionales del equipo de Sergio Massa y llegó a trabajar con el tigrense durante la última campaña electoral. Sin embargo el 10 de diciembre de 2015, debido a sus antecedentes, quedó a cargo del protocolo de asunción de Mauricio Macri. Inmediatamente después fue designado embajador en París y ejerció ese cargo hasta este año.

No obstante, sus tareas no quedaron reducidas exclusivamente a las relaciones con el país galo. En abril de este año -en paralelo a la renuncia de Martín Lousteau a la embajada de EE.UU.- fue suspendido de sus funciones como embajador y puesto a cargo de «la preparación durante varios meses del ceremonial de la futura reunión del G20 en Buenos Aires», tal como reseñó en su momento el diario Perfil.

Ese diario se preguntaba por ese «extraño encargo», como si en el país no hubiera otra persona que pudiera tomar tareas protocolares.

De todas formas, en términos de política exterior se prevén pocos cambios en el futuro inmediato, ya que como anunció la propia Malcorra, Argentina asistirá a la próxima reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) a plantear una continuidad con lo expresado hasta el momento, puntualmente en lo referido a la situación de Venezuela.

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