Europa

23 noviembre, 2016

Volver a la Guerra Fría: la Unión Europea censura medios rusos

El Parlamento europeo votó este martes una resolución sobre la «comunicación estratégica» con el objetivo de combatir una presunta campaña informativa rusa contra la Unión Europea. Además de comparar a Rusia con el Estado Islámico, el texto está plagado de frases que dan la sensación de un revival de la Guerra Fría.

El Parlamento europeo votó este martes una resolución sobre la «comunicación estratégica» con el objetivo de combatir una presunta campaña informativa rusa contra la Unión Europea (UE). Además de comparar a Rusia con el Estado Islámico, el texto está plagado de frases que dan la sensación de un revival de la Guerra Fría.

De los 691 diputados que participaron de la votación, 304 votaron a favor del documento elaborado por la eurodiputada polaca Anna Elzbieta Fotyga, del derechista partido Ley y Justicia. En contra se manifestaron 179, mientras que 208 eligieron la abstención.

Desde un comienzo, en sus considerandos, la resolución recuerda que los principios de la Unión Europea son la «democracia», el «Estado de derecho», los «derechos humanos» y las «libertades fundamentales». Entre estas últimos enumera: «La libertad de los medios de comunicación, el acceso a la información, la libertad de expresión y el pluralismo de los medios de comunicación», pero aclarando que «el último» puede, no obstante, «restringirse en cierta medida».

El Parlamento europeo apunta que «la guerra informativa es un fenómeno histórico tan antiguo como la propia guerra» y en ese sentido hace foco en que «la guerra informativa específica contra Occidente fue utilizada de forma generalizada por la Unión Soviética durante la Guerra Fría».

«Con la anexión de Crimea por parte de Rusia y la guerra híbrida liderada por Rusia en el Donbás [este de Ucrania], el Kremlin ha acentuado la confrontación con la Unión» y «ha redoblado su guerra de propaganda», añade el documento.

Entre los medios de comunicación señalados aparecen Russia Today (RT) y Sputnik, así como también la fundación Russkiy Mir y la agencia de cooperación cultural rusa Rossotrúdnichestvo.

En ese sentido, y en un nada sutil menosprecio por sus propios Estados miembro, se explica que «la guerra de propaganda y la intrusión de los medios de comunicación rusos se nota especialmente, a menudo sin contrapeso, en los países vecinos del Este» ya que sus medios de comunicación nacionales «son con frecuencia débiles y no pueden luchar contra la fuerza y el poder de los medios de comunicación rusos».

Llegando a un discurso que parece propio de otro momento histórico remata: «El Kremlin financia partidos políticos y otras organizaciones dentro de la Unión con la intención de socavar la cohesión política». Allí ubica a «los partidos de extrema derecha, las fuerzas populistas y los movimientos que niegan los valores básicos de las democracias liberales».

Finalmente, pone a la par de estas supuestas acciones de propaganda, las que realiza la organización terrorista Estado Islámico, al cual le dedica un apartado similar al de Rusia.

Contrarrestar la propaganda… haciendo propaganda

La iniciativa de la diputada polaca no se queda solo en comentar la presunta «agresión» proveniente de Moscú, sino que plantea una serie de iniciativas para contrarrestarla.

Asegurando que «la comunicación estratégica de Rusia forma parte de una campaña subversiva» insta a los Gobiernos de los Estados miembro a que «vigilen las operaciones informativas rusas en suelo europeo y aumenten las capacidades compartidas y las labores de contrainteligencia destinadas a contrarrestar dichas operaciones».

Para los parlamentarios europeos «la falsificación de la historia» es una de las «estrategias más importantes» de la propaganda rusa. Por eso se plantea «la necesidad de concienciar a los ciudadanos sobre los crímenes de los regímenes comunistas mediante campañas públicas y los sistemas educativos, así como de apoyar las actividades de investigación y documentación, especialmente en los antiguos miembros del bloque soviético, para contrarrestar el discurso del Kremlin».

Sin sentirlo como una contradicción y asegurando que la propaganda «no se combate» con más propaganda, la resolución remarca el carácter positivo de «la publicación de la página web del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) en ruso como primer paso en la dirección correcta».

Para terminar recomienda «un examen en profundidad» de la eficacia de «los instrumentos financieros de la Unión existentes en la actualidad» para poder presentar «una propuesta de solución global y flexible que pueda prestar apoyo directo a los medios de comunicación independientes, los grupos de reflexión y las ONG».

«La existencia de medios de comunicación libres e independientes en la propia Rusia constituiría el mayor obstáculo para las campañas de desinformación rusas», puntualiza y considera que este «debe ser el objetivo de la Unión». Es decir, destinar una «atención especial y recursos suficientes al pluralismo de los medios de comunicación, a los medios de comunicación locales, al periodismo de investigación y a los medios de comunicación en lenguas extranjeras, especialmente en ruso, árabe, farsi, turco y urdu, así como en otras lenguas habladas por poblaciones vulnerables a la propaganda».

Oposiciones y reacciones

El eurodiputado español por Izquierda Unida, Javier Couso, fue uno de los primeros en señalar la iniciativa como «delirante» y presentó una moción por minoría. Couso dijo que se trata de una propuesta propia «de los peores años de la Guerra Fría» y supone «un ataque frontal al derecho de información».

«RT y Sputnik están financiados por el Gobierno ruso, igual que otras cadenas y agencias de la UE que pueden tener un posicionamiento contrario a Moscú. No es propaganda, se trata de información y lo que queda claro en este informe es que se está llamando a la UE a coartar el derecho de los europeos a informarse por las fuentes que ellos elijan», denunció.

Por su parte el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró que se trata de «una degradación evidente en términos políticos del concepto de democracia en la sociedad occidental». «Hace muy poco nos intentaban dar lecciones sobre democracia y siempre escuchamos que prohibir cosas no se corresponde con los principios y normas de la democracia», ironizó.

Asimismo, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, analizó que es «un eslabón más en la cadena de acciones agresivas y rusófobas del establishment occidental».

«Por supuesto, creemos que es una muestra de una política de doble rasero. Y además de eso es una muestra de hipocresía flagrante», completó la directora del grupo RT, Margarita Simonián.

Santiago Mayor – @SantiMayor

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas