5 octubre, 2016
Paridad de género para una mejor democracia
Este martes se aprobó en la provincia de Buenos Aires la ley de Paridad de Género que garantiza la conformación igualitaria en términos de género de las listas electorales legislativas. A nivel nacional el debate está planteado como parte de la Reforma Electoral. ¿Por qué pensar en que las candidaturas sean 50% de varones y 50% de mujeres?

Este martes se aprobó en la provincia de Buenos Aires la ley de Paridad de Género que garantiza la conformación igualitaria en términos de género de las listas electorales legislativas. A nivel nacional el debate está planteado como parte de la Reforma Electoral. ¿Por qué pensar en que las candidaturas sean 50% de varones y 50% de mujeres?
Hace 25 años en la Argentina se sancionaba la ley vigente actualmente que establece un cupo del 30% de mujeres en las listas legislativas. Fue el primer país en tomar una medida de ese estilo. En ese entonces, como explicó a Notas Lucía Martelotte, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), había menos del 5% de mujeres en el Congreso y en la actualidad la proporción es de casi el 38%.
Pero se llegó a un techo. “La tendencia se estancó a partir de 2007”, afirmó Martelotte.
En un artículo publicado en Diario BAE, Mercedes D’Alessandro, economista y activista feminista, repasaba otros indicadores. “El resultado de la ley de cupo fue contundente: en la Cámara de Diputados la participación de las mujeres pasó de 5 a 14% tras las elecciones legislativas de 1993 y llegó a 30% en 2001”. “En el Senado”, agregaba, “antes de la ley, las mujeres ocupaban menos del 5% de las bancas y hoy son el 40%”.
Para D’Alessandro, la implementación del sistema significó un aumento real de mujeres en el Congreso que de otro modo dudosamente se hubiera alcanzado. “En los cargos ministeriales, por ejemplo, las mujeres apenas ocupan el 22%. Hoy vemos como una victoria que haya cinco gobernadoras en la Argentina, o pareciera que no hay derecho a plantear la necesidad de una paridad cuando entre 135 distrito de la provincia de Buenos Aires solo hay cuatro intendentas”. “Se discute o cuestiona la ley de cupo, pero parece natural la ausencia de mujeres en los lugares de poder a lo largo de todo el país”, dispara la economista.
Con estos datos, algunas diputadas nacionales y organizaciones de la sociedad civil como ELA y Amnistía Internacional aprovecharon el proyecto de reforma electoral presentado por el poder ejecutivo al Congreso para instalar el debate sobre la paridad. Bajo el lema “Mujeres a la política”, impulsan que en la reforma se contemple una ampliación del cupo y se plantee la equidad, 50% y 50%, en las candidaturas en relación al género.
Otra de las integrantes de la organización, Natalia Gherardi, explicó a Notas la importancia de avanzar en esta discusión y que se establezca por ley: “Hay una falta de convicción en la clase política de que la mayor participación de las mujeres es importante. Si fuera una convicción compartida no haría falta expresarlo en una norma”.
“La experiencia nos muestra que hasta que no hubo una ley de cupo del 30% no hubo una cantidad respectiva de mujeres en las listas. Ahora eso se ha convertido en un techo. Difícilmente encontremos listas que tengan más de un 30% de mujeres”, explicó Gherardi.
La discusión, dijo, tiene que ver con “mejorar la calidad de la democracia, con una representación más diversa y más plural por lo menos en términos de género”.
“Es por una cuestión de justicia”, sumó Martelotte. “Las mujeres somos más del 50% de la población y sin embargo estamos subrepresentadas en todos los espacios de toma de decisión”, subrayó y aseguró que el principio paridad lo que haría es “hacer efectivo el principio de igualdad que está consagrado en nuestra Constitución”. “Es lo que nos permitiría efectivamente que las mujeres contemos con las mismas condiciones que los varones para ser representantes en política”, dijo.
Aunque no de forma mayoritaria, diversos argumentos se usaron en contra de la medida propuesta, desde partidos políticos de un amplio espectro político. Uno de ellos tiene que ver con la supuesta injusticia que sería para las mujeres ser electas por un cupo y no por su preparación. Sobre esto, los datos son contundentes: “Al analizar el Directorio Legislativo se observa que las mujeres legisladoras tienen casi en un 10% más títulos superiores que los varones”, detalla Martelotte. Y agrega que en el caso del Senado, el 90% de las senadoras tienen títulos de educación superior y en los varones es el 69%. “Se nos exige más formación para llegar a los mismos puestos”, sostiene la especialista.
Además según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la Argentina es uno de los países que tienen la brecha invertida en educación más grande. “Es decir”, explica Martelotte, “que las mujeres estamos más formadas que los varones. Nos egresamos más de la escuela secundaria, tenemos más títulos de licenciatura, de maestría y de doctorado que los varones”.
Gherardi, por otro lado, destacó la transversalidad partidaria que promueve la paridad. “Las mujeres en todos los partidos políticos enfrentan enormes dificultades para competir en pie de igualdad con los hombres en la integración de las listas”, afirmó y explicó que existen diferentes formas de discriminación a las que se enfrentan para relegarlas tanto del lugar que ocupan en las boletas como de los espacios en los que se tomar decisiones sobre las candidaturas.
Martelotte sostiene además que “la lucha por la participación de las mujeres no acaba con la sanción de la ley. Vamos a tener que hacer un trabajo bastante intenso como se hizo con la ley de cupo para que haya una efectiva reglamentación y luego para que se cumpla”.
“La creciente participación de las mujeres a lo largo de los años de democracia y la mayor diversidad en sentidos más amplios que son parte de los procesos de decisión colectivas, son formas de ir fortaleciendo el debate público que es finalmente la base de la democracia”, concluye Gherardi que también participó de la campaña «Mujeres a la Corte».
Ambas integrantes de ELA celebran la decisión bonaerense y se muestran optimistas sobre el debate en el Congreso de la Nación.También las y los legisladores que promueven el proyecto y otras tantas organizaciones políticas y de la sociedad civil. En redes sociales intentarán generar más consenso social mediante el hashtag #MujeresALaPolítica.
Julia de Titto – @julitadt
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