Derechos Humanos

11 noviembre, 2014

Siete gendarmes fueron imputados por el crimen de Kevin Molina

Este lunes el fiscal Adrián Giménez pidió que siete miembros de la Gendarmería presten declaración indagatoria por el delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” el 7 de septiembre de 2013 cuando fue asesinado en Villa Zavaleta el niño de 9 años, Kevin Molina.

Este lunes el fiscal Adrián Giménez pidió que siete miembros de la Gendarmería presten declaración indagatoria por el delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” el 7 de septiembre de 2013 cuando fue asesinado en Villa Zavaleta el niño de 9 años, Kevin Molina.

El fiscal remarcó que en aquella jornada en la que dos bandas de narcos se enfrentaron a tiros en esa villa de la Ciudad de Buenos Aires, los gendarmes “no efectuaron una debida verificación de la zona en su rol de prevención”. Esto fue constatado gracias al cruce de los llamados de los vecinos al 911 denunciando el tiroteo.

A pesar de que la balacera duró al menos tres horas, los miembros de las fuerzas de seguridad que arribaron al lugar respondieron siempre: “Negativo detonaciones”. Sin embargo Giménez asegura que de acuerdo a las denuncias “inequívocamente que se estaban produciendo detonaciones” el 7 de septiembre de 2013, y que los llamados de auxilio fueron “coincidentes en las descripciones y provenían desde distintos números telefónicos”.

Los imputados estaban ese día en los móviles 1132 y 1232. En esos vehículos fueron, según sus propias declaraciones a través del radio, hasta el lugar donde los vecinos indicaron que había un tiroteo y repitieron: “Negativo detonaciones”.

Allí estaban los ahora imputados: el oficial principal Daniel Stofd, al cabo segundo Walter Quiñones, al cabo primero Miguel Medina, al ayudante principal Darío Chique, al ayudante de tercera Fabián Salas, al cabo segundo Enzo Miño y al cabo segundo Raúl Gómez.

El asesinato de Kevin

El 7 de septiembre de 2013 alrededor de las 6.30 de la mañana dos bandas de narcos comenzaron a tirotearse en Villa Zavaleta. Según detallaron las pericias, ese día hubo más de 105 disparos de Uzi y FAL y el enfrentamiento duró más de tres horas y media.

Ni la Prefectura que arribó al lugar para mirar e irse, según denunciaron los familiares de Kevin, ni la Gendarmería que se encontraba en una garita a escasos metros, hicieron nada al respecto. Tampoco los gendarmes que llegaron en dos móviles al lugar.

Mientras tanto, la mayoría de las balas impactaron en la casilla en la que vivía Kevin Molina de 9 años. Él, junto a su mamá y sus hermanos, intentaban protegerse de las balas. Por eso Kevin se escondió debajo de una mesa donde uno de los tiros lo alcanzó y mató.

El abogado de la familia, Luciano Ortiz Almonacid informó a Infojus Noticias, que pedirá la imputación de los prefectos y gendarmes que estaban en las casillas cercanas a la zona del tiroteo. “Ellos dijeron que no escucharon por la lluvia pero eso no es creíble. Aquí hubo un armado mucho más grande”, afirmó.

Para el abogado “la respuesta de los uniformados, que modulaban por radio afirmaciones imposibles de justificar, como ’negativo detonaciones’ o ‘panorama normal’, recuerdan lo más nefasto de nuestra historia, puesto que claramente dejaron la ‘zona liberada’, para facilitar la comisión del delito que tenían frente a sus ojos”.

 

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